Pasó con la Semana Santa y ahora con las romerías. La primavera ha entrado en la provincia con agua a mansalva y, aunque esa circunstancia trae aparejadas bastantes consecuencias positivas, también provoca perjuicios tales como la suspensión de las procesiones o la distorsión de las reuniones populares habituales en días como este lunes, tradicionalmente vinculado en varias localidades zamoranas a los festejos en honor a sus vírgenes o sus cristos.
Al igual que ha ocurrido con algunas tradiciones relacionadas con el llamado Lunes de Aguas en el entorno de La Guareña, la localidad de Bretó de la Ribera ha padecido también las consecuencias de este abril lluvioso, que ha mermado la asistencia a la romería de la Pedrera en el entorno del Puente Quintos, cerca de esta localidad de Los Valles.
Los jareros, como se conoce a los vecinos de la localidad, han tenido que soportar varios ratos de lluvia intensa, particularmente por la mañana y a primera hora de la tarde, en el entorno de la ermita, el paraje cercano en el que habitualmente se reúnen para convivir en una fecha marcada en el calendario para Bretó.

Esta vez, según ha confirmado a este medio el alcalde, Abilio Velasco, la procesión matinal se ha tenido que acelerar como consecuencia del agua, una lluvia que ha resultado disuasoria para muchos de los vecinos, que han preferido quedarse en casa, bien para celebrar el día bajo la protección de sus hogares o bien para esperar una edición con tiempo más favorable para marchar al campo con los suyos.
Algunos, eso sí, han resistido ante los elementos para celebrar el día en el entorno de siempre mientras la organización trataba de mantener lo más intacto posible el programa previsto. El respiro de la lluvia por la tarde ha favorecido la sobremesa y ha permitido un regreso algo más cómodo desde la ermita hasta el pueblo.