Sofía Rodríguez vive en Castro de Sanabria y ejerce como trabajadora de la Junta de Castilla y León en Zamora capital. Prácticamente cada día laborable, esta mujer madruga para desplazarse a Puebla, se sube al tren regional que la lleva a la ciudad, cumple con sus obligaciones hasta las dos de la tarde y después se beneficia del servicio de alta velocidad de las 14.42 para retornar a la comarca. Junto a varios compañeros de fatigas más, Sofía llega a Otero un poco antes de las tres y cuarto, pasa por Puebla y regresa finalmente a Castro.
Ahora que los días son largos y el buen tiempo se va asomando, aunque el frío y la nieve de las montañas parezcan resistirse a dejar atrás el invierno, Sofía podría disfrutar de largas tardes en las calles de su pueblo, en el monte, en el huerto, en las terrazas de la comarca o donde le apeteciera cada día. Son las ventajas del tren. O eran. A partir del 8 de abril, el servicio de las 14.42 entre Zamora y Sanabria quedará suspendido mientras duren las obras en la estación madrileña de Chamartín. Y no habrá alternativa en autobús.
Conviene recordar que Renfe anunció esta misma semana que habilitaría autobuses para compensar la eliminación temporal del servicio entre Zamora y Sanabria de las 7.45 horas y del que realiza el recorrido inverso a las 14.03. «Nos han dicho que para el nuestro no va a haber nada porque somos muy pocos», aclara Sofía Rodríguez, que este miércoles llegó a la estación de Otero, junto a varias de las personas que tendrán que afrontar el mismo escenario, consciente de que pronto tendrá que encajar su vida de otra manera.
La realidad que se dibuja ante personas como Sofía Rodríguez no es sencilla. La alternativa en tren sigue abierta, pero resulta difícil de aceptar para los afectados. El siguiente viaje rumbo a Sanabria tiene como horario de salida las siete y diez de la tarde. Es decir, unas cuatro horas y media después. La otra posibilidad implicaría desplazarse en coche, lo que supondría un tiempo de conducción diario cercano a las tres horas por una carretera poco amable y con el peligro latente de la fauna salvaje.
Junto a Sofía, dos de las personas que se verán afectadas diariamente por esta cancelación del servicio que durará al menos hasta julio son José Luis Sánchez, funcionario de la Junta, y Rocío Elena, que está realizando unas prácticas en un centro educativo de la ciudad. Todos ellos tienen un abono ferroviario que no van a poder gastar como tenían previsto, habida cuenta de la situación que tienen ante sí. Tampoco tienen demasiadas esperanzas depositadas en que Renfe les devuelva el dinero.
Sanabria, «cada vez más despoblada»
Una de las opciones que se planteaban también inicialmente algunos de los afectados era que el tren que sale de Zamora rumbo a Ourense a las 15.44 hiciese parada en Otero, pero esa alternativa tampoco parece viable en estos momentos, según las consultas realizadas por los propios usuarios, que están resignados a aceptar que al menos durante tres meses se verán privados del servicio. Eso, si se recupera más tarde. La duda está instalada entre la gente de la comarca, a la vista de lo que ocurre muchas veces con los recursos que desaparecen una vez y ya no vuelven.
Los afectados transmiten que con decisiones como esta de cancelar un servicio sin ofrecer alternativa, con el amparo en el hecho de que afecta a poca gente, «Sanabria estará cada vez estará más despoblada». «Nosotros vivimos aquí todo el año», recuerdan los usuarios, que subrayan que hay «mucha más gente afectada» aparte de los trabajadores que van y vienen. Entre otros, algunos vecinos mayores que van al médico y que, en ocasiones, no tienen tiempo de coger el autobús de línea que parte a las 13.30 horas.