El entrenador del Zamora Club de Fútbol, David Movilla, habló este domingo de forma explícita acerca de la situación en la que se encuentra el club después de la detención del dueño de la entidad, Víctor de Aldama, que se encuentra implicado en el llamado caso Koldo y que se enfrenta a un escenario complejo desde el punto de vista judicial. Esa realidad afecta a todas sus propiedades, y en particular a la institución deportiva que preside, cuyo futuro está en el aire.
Desde esa óptica, Movilla se mostró visiblemente molesto con las quejas de una parte de la grada y con «los insultos» que escuchó hacia su persona durante un tramo del partido ante la Gimnástica de Torrelavega. Ese enfado azuzó al entrenador vasco para salir más tarde a la rueda de prensa y reclamar que la gente de la ciudad se implique si quiere «ver fútbol de este nivel» el año que viene en Zamora.
Movilla reconoció que el club se encuentra en una situación de «inestabilidad institucional brutal», llenó de elogios a sus jugadores por mantener el compromiso y dejó claro que la plantilla lleva dos meses sin cobrar. Es decir, desde la detención de Víctor de Aldama, los futbolistas no han recibido ingreso alguno: «Muchos en esta situación levantarían el pie», advirtió el entrenador.
En cuanto a la masa social, Movilla aseveró que «para la ciudad y para la provincia es muy importante lo que pase de aquí a final de temporada». «Hace seis años, ya estuvisteis en una situación muy complicada», recordó el técnico, en referencia al momento en el que el Grupo Vivir tomó las riendas de un club al borde de la desaparición.
Viabilidad en Primera Federación
Ahora, para el preparador vasco, un hipotético ascenso a Primera Federación supondría un refuerzo de cara a una posible venta. El equipo va tercero a falta de cinco jornadas, a solo tres puntos de la plaza de promoción directa y clasificado en todo caso para el play off si no pudiese subir previamente. «No hay que ser un erudito para pensar que el club es mucho más viable en Primera que en Segunda Federación», abundó Movilla.
En esa línea, el entrenador apeló de forma constante a la grada para pedir que cesen las quejas y que el público «sume». Es más, demandó que quienes van convenzan a su entorno para que acuda también al Ruta de la Plata en lo que queda de campaña: «Es público que el club está a la venta y, si hay un inversor, no es lo mismo ver el campo con 4.000 personas que con 1.500. El momento es ahora y en julio no vale lamentarse», zanjó.