Sucedió hace un par de semanas largas en el pabellón de Son Moix, en Mallorca. En un partido atragantado, con empate a 58 a falta de la última posesión, Sara Castro agarró un rebote del tablero tras un tiro desesperado de Isa Latorre, soltó la pelota casi sin armar el lanzamiento y anotó la canasta del quinto triunfo consecutivo para el CD Zamarat a 1,3 segundos para al final. Esa racha de victorias ahora es de siete y, si la jugadora canaria no hubiese agarrado y colado ese balón, quizá este Miércoles Santo no sería un día tan especial para el equipo de Ricardo Vasconcelos.
Pero la realidad es que Castro anotó, que el líder, el Ardoi, pinchó este fin de semana y que el partido que hoy disputan ambos equipos (Ángel Nieto, 20.00 horas) ha tomado forma de final por el ascenso, más allá de que queden otras tres jornadas por delante. Las navarras llevan 22 victorias; las zamoranas, que vencieron el duelo directo en la primera vuelta, 21. Quien gane el envite saldrá líder. De hecho, si se imponen las visitantes, prácticamente serán campeonas. Pero tal escenario no está en los planes del Zamarat.
Tampoco está muy en mente de Sara Castro aquella canasta definitiva en Mallorca: «Al final, son siete victorias consecutivas, que es lo importante y lo que nos permite estar aquí. Aquello ya está, ya pasó, fuimos a lo siguiente y la ilusión vino hace unos días al ver que Ardoi perdía contra Alcobendas», narra esta escolta nacida en 1999 que cumple su segunda temporada en el proyecto naranja.
Temporada con altibajos
Como sus compañeras, Castro ha sufrido los altibajos de una temporada que empezó con el equipo lanzado, pero que pareció torcerse a mitad de la campaña, con varios tropiezos que le dieron la iniciativa a Ardoi en la tabla: «Ese objetivo de ser primeras se había difuminado, pero ahora todo depende de lo que hagamos nosotras. Creo que tenemos que seguir como estamos y controlar y manejar las emociones del partido, aun sabiendo lo que nos estamos jugando», subraya la exterior.
Castro incide mucho en la mentalidad desde la certeza de que el equipo no está siendo una apisonadora en las últimas jornadas, pero sí un equipo muy fiable: «En esta racha, no hemos ganado ningún partido de más de 20. Este miércoles tenemos que salir a jugar sin derrumbarnos, seguir siempre pase lo que pase», analiza la escolta, que considera que el choque «se va a decidir por corazón, por garra y por acierto». «Teniendo en cuenta el nivel a la par que hemos demostrado, esto se lo va a llevar quien menos baje los brazos», apostilla.
Por citar otros factores, la jugadora naranja destaca que su equipo tiene «una rotación un poco más extensa», pero enseguida apunta que Ardoi cuenta con una plantilla «muy experimentada», formada por mujeres que «se conocen mucho y van a ir a darlo todo». «No podemos dejar que nos tiemble la mano más de la cuenta. Hace falta apartar esa emoción e ir compitiendo durante los 40 minutos», reitera.
Otro factor positivo para el Zamarat puede hallarse en esa inercia positiva que siempre trae quien viene de atrás recuperando terreno: «Las puedes pillar algo más nerviosas, de verse que ya lo tenían y que ahora se les puede complicar la cosa. A nosotras nos ayuda esa furia y esa garra de sentir que podemos agarrarlo con nuestras manos, pero va a ser un partido de guerra: Ardoi siente que esa primera posición le corresponde y nosotras, más de lo mismo», argumenta Castro.
Una fecha complicada
La jugadora, como el resto del entorno del club, es consciente de que «la fecha no es la mejor» para disputar un encuentro de estas características en Zamora. De hecho, explica a modo de anécdota que, este mismo lunes, una aficionada habitual del pabellón les deseó suerte para el sábado sin saber que había jornada en plena Semana Santa. Justo cuando la ciudad vive sus días más especiales centrada en las procesiones y en la vida social que estos desfiles generan alrededor.
«Es algo que afecta y molesta teniendo en cuenta que es una final, pero lo único que podemos hacer es pedir que vengan. Entiendo las circunstancias, pero para nosotras sería increíble tener a nuestra sexta jugadora. Al final, choca mucho cuando llegas a un pabellón y lo ves lleno de gente», remarca Castro, que demanda el respaldo de la gente para una cita que esperaba con ansia.
«Al final, es por lo que renuevo en Zamora. La idea es alcanzar la máxima categoría y lo tenemos ahí por fin. Llevo varios días con ello en la mente, ha sido lo que más ha ocupado mi cabeza, a pesar de que tengo exámenes y otras cosas», señala Castro, que no niega «los nervios y la presión», pero que ve la cita de esta tarde como «una oportunidad increíble» para demostrar que el equipo es capaz de pasar «de la tensión al éxito». Y, de ahí, quién sabe si a Liga Femenina.