El primer equipo del Balonmano Zamora descendió este fin de semana a Primera Nacional. La caída a la tercera categoría no ha sido un golpe súbito, sino un proceso bien mascado durante una temporada de esas en las que todo sale mal. Ocurre en el deporte. El conjunto pistacho, que durante muchos años miró hacia arriba, ahora se ve en el nivel que abandonó en 2013 para vivir a continuación un ciclo de más de un decenio entre los mejores del país, con especial mención a las dos campañas en la Liga Asobal.
En todo ese trayecto ha estado presente Iñaki Gómez. Primero, como jugador; más tarde, como presidente: «Siempre hemos dicho que nos daba igual la categoría en la que estuviéramos, porque lo importante en realidad es lograr que nuestros chicos y chicas del club sigan compitiendo. Eso lo vamos a mantener, pero claro que da rabia este descenso después de once años. Supone ponerle fin a un ciclo que empezó con el ascenso a Plata en Soria tras una de nuestras temporadas más bonitas, con un fin de semana increíble», recuerda el ahora mandatario del club.
Gómez admite que «el deporte es tan efímero que no da tiempo a disfrutar» todo lo que a los protagonistas de esta historia les hubiera gustado, pero insiste en que el mensaje para la cantera y la masa social sigue siendo el mismo: «Podemos mirar con esperanza al futuro», asegura el presidente, que subraya que, en esta misma temporada, los dos equipos infantiles del club van a competir en los sectores a los que acceden los ocho mejores equipos de Castilla y León en la categoría.
Por ahí pasa el futuro de la entidad pistacho tras un pasado reciente hermoso: «De estos años nos quedará el recuerdo increíble de una generación que basó su éxito en la generosidad», relata Gómez, que recuerda cómo varios de los jugadores y técnicos de aquellas campañas de éxito, él incluido, renunciaron a empleos y a parte de su vida personal «por vivir un sueño, por disfrutar como amateurs de un trabajo profesional».
Una de las aventuras más bonitas del deporte zamorano
Aquella apuesta tuvo «una gran recompensa» en el sentido de la realización personal y de la construcción de una de las aventuras más bonitas de la historia del deporte zamorano, aunque el botín económico no fuese particularmente envidiable. Gómez cita en este punto algunos nombres, como los de Eduardo García Valiente, el entrenador de la época dorada, u Octavio Magadán, la estrella indiscutible del equipo. También menciona a otros como Fernando, Guille y Jortos, que aún continúan; a figuras de relevancia para la entidad, los casos de Peli o Carletes; o a Miranda, Maciel, Camino o Salinas, que se incorporaron para contribuir de forma decisiva al crecimiento deportivo.
Iñaki Gómez remarca, además, que los presupuestos de aquellos años del ascenso a Plata y de la llegada sin solución de continuidad a Asobal en 2014 eran muy inferiores a los de los rivales. «Nosotros ascendimos desde Primera Nacional con 130.000 euros y jugando en el Manuel Camba. En aquella época, claro que nadie creyó en nosotros», rememora el presidente del Balonmano Zamora, que sostiene que «aquel habría sido el gran momento» para crecer, de la mano del patrocinio entonces de MMT. Faltaron otros recursos.
En el estreno en la máxima categoría, el Balonmano Zamora terminó a un punto de la salvación «con 200.000 euros disponibles cuando el siguiente más bajo tenía un millón». «Hicimos un esfuerzo generoso, entregado y muy profesional siendo un club muy modesto. Ha sido ahora, en el año en el que más presupuesto teníamos, cuando hemos descendido porque no hemos sido capaces de hacer un proyecto deportivo más resolutivo para el primer equipo. Eso lo tenemos en el debe», ha reconocido Gómez.
El presidente del Balonmano Zamora matiza que Octavio Magadán «lo ha intentado todo» desde la dirección deportiva para traer a los mejores jugadores con el fin de reconducir el rumbo y expresa su confianza en que el apoyo que el club ha ido recabando, sobre todo a nivel institucional, a lo largo del último decenio, se mantenga en Primera Nacional, como sucede con otros clubes en la tercera categoría española, el caso del CB Zamora en el baloncesto masculino.
En cuanto al proyecto deportivo para la 24-25, Gómez no esconde que, en la mente del club, está poder volver a Plata «cuanto antes» e incluso mirar a partir de ahí hacia la Liga Asobal si es posible. La entidad también tratará de construir un equipo sénior femenino para que el camino de la cantera siga abierto una vez concluya su proceso formativo.
Finalmente, en lo que tiene que ver con la continuidad de los veteranos en la nueva etapa, Gómez lo deja meridianamente claro: «Hasta que ellos quieran. Se han ganado ese derecho».