Las declaraciones que el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zamora realizó en la jornada de ayer asegurando que los turistas eligen otras capitales de Castilla y León para pasar la Semana Santa, en parte, por el elevado precio de los hoteles zamoranos, han levantado la polvareda esperada. La patronal sectorial no se ha quedado callada y censura unas palabras, las pronunciadas por Christoph Strieder, que son «vergonzosas e impropias de alguien que dice representar al turismo zamorano». Así lo cree Óscar Somoza, el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de la Hostelería (Azehos).
Strieder aseguró el viernes que «una familia de cuatro miembros, por dos habitaciones de jueves a domingo con desayuno, recibe una factura de 1.500 euros y eso no es fácil de pagar». Unas afirmaciones que, según Somoza, son «falsas» porque «Zamora tiene una importante oferta turística» compuesta «por hoteles más caros, más baratos y por apartamentos turísticos».
Azehos entiende las declaraciones de Strieder en «un intento de intervenir la economía» y asegura que «los precios no los ponen los empresarios por capricho. Esto es el mercado y los precios son libres. El Ayuntamiento en ningún caso puede marcar el precio de un establecimiento u otro. Las mismas habitaciones que ahora son más caras han costado sesenta euros en enero y han estado vacías», apunta el representante de los hosteleros.
Sobre la «invitación» de Strieder a los empresarios para que acometan ellos campañas de promoción, el sector asegura que «si se suma todo lo que gastan los hoteles y los restaurantes yendo a ferias» se alcanza una cantidad «muy superior a la que gasta la Concejalía de Turismo. Habla de hacer promoción de la ciudad como si fuera un mérito para el Ayuntamiento pero no es así, es su obligación», apunta el empresario.
La situación de los hoteles
Por lo que refiere a la situación general de cara a la semana que viene, Somoza concluye que pensaban «que iba a ser brutal y no lo va a ser», aunque asegura que se debe fundamentalmente a las previsiones del tiempo, malas a partir del inicio de la semana. «En segundo lugar afecta que estamos a fin de mes y la gente vive al día, porque los costes de todo son altísimos. También los de los hoteles».
A día de hoy quedan habitaciones libres en bastantes hoteles para los días centrales de la Semana Santa, algo que no es habitual en una ciudad que solía tener asegurado el lleno desde varios meses antes de la celebración de la Pasión. «Ahora se ha parado todo por el tiempo, pero la gente sigue entrando a interesarse. Si la previsión mejora, habrá más reservas», asegura Somoza.