El pasado día 18, desde el Ayuntamiento de Zamora, lanzamos la campaña «La Hermandad del Último Paso», un spot publicitario con sabor «semanasantero» cuya finalidad esencial está centrada en poner en valor el trabajo del servicio municipal de limpieza, siempre afanado en mantener en las condiciones óptimas el estado de nuestras vías públicas.
Un trabajo esencial que muchas veces parece pasar desapercibido debido a su cotidianeidad, pero que, de forma constante, garantiza el normal funcionamiento y la convivencia en la vida de una ciudad.
El arrecie de la dañina granizada que ha azotado Zamora es un paradigma de la importancia y el valor de ese trabajo «invisible» que borra de peligrosidad nuestras calles y garantiza la seguridad en estas. Lo simbólicamente expresado a través del contenido audivisual del spot publicitario, manifestado días después de su presentación en el trabajo de la pasada noche en la que se activó el «protocolo de actuación en caso de nevadas y temperaturas fuertes extremas» que desde el equipo de gobierno dimos a conocer en el pasado mes de enero.
A partir de las dos de la madrugada, una decena de trabajadores iniciaron las labores de eliminación de las toneladas de hielo que azotaron nuestra ciudad durante severos minutos, disponiendo de los esparcidores de sal, la pala manitou y un camión con una importante capacidad de carga. En cuestión de horas, se han eliminado aproximadamente 42 toneladas de los viales, empleando para ello seis toneladas de sal y los equipos mecánicos, que han realizado numerosos viajes para evacuar el hielo imposible de derretir de la ciudad.
Pasadas las seis de la mañana, quedó retirado el hielo acumulado en vías de importante tránsito rodado como la Ronda de la Feria u Obispo Nieto, fundiéndose también en zonas complejas como en Campo de Marte o en el Riego, además de en los centros de salud, entradas a colegios e institutos y dependencias públicas.
Un trabajo «invisible», silencioso y efectivo, que a los ojos de la vecindad, al amanecer del nuevo día, hizo que los peores efectos de la granizada en los viales pasasen desapercibidos debido a su eliminación, algo fundamental, ya que se borraron con él las potenciales situaciones de riesgo y siniestralidad que, de no haber sido por el servicio de limpieza, sin duda, habrían tenido lugar.
La ornamentación
A esta circunstancia acaecida de trabajo «invisible» se le añade la sufrida por parte del servicio de Parques y Jardines. En tan sólo minutos, la granizada trituró la labor de jornadas de empeño durante las cuales los trabajadores del servicio engalanaron la ciudad para unas fechas tan importantes como en las que nos vamos a ver inmersos, vistiendo con nueva ornamentación floral los jardines y parterres de la ciudad. 2.220 plantas destruidas entre la glorieta de la Plaza de Alemania y los jardines de Zorrilla, y en torno a 1.850 en el Casco Antiguo. Una debacle contra la que no se puede hacer nada más allá que resignarse y actuar con prontitud.
Nuevamente, en las próximas jornadas, el trabajo de este servicio municipal florecerá, y los jardines y parterres volverán a presentarse con su mejor imagen, siguiendo la estela del trabajo realizado durante todos los meses que son pasados del presente año.
Sin duda, la granizada ha resultado ser un evento meteorológico significativo que ha puesto de manifiesto, una vez más, la importancia de los servicios municipales en la vida diaria de una ciudad. Un trabajo fundamental, constante y de un gran valor que merece el máximo de los reconocimientos, así como el respeto y cuidado por su labor, ya que es responsabilidad de todos cuidar lo público, garantizando la durabilidad de todas las infraestructuras municipales.