La muralla de Zamora vivirá un lavado de cara en cinco de sus tramos más deteriorados gracias a una inversión de 1,7 millones de euros del Ministerio de Cultura. Las obras se realizarán en el tramo llamado «de Baltasar Lobo», en la trasera del castillo; entre los jardines de San Bernabé y la Puerta de San Martín; en un paño importante de la avenida de la Feria; en el entorno del arco de Doña Urraca y en Puerta Nueva y ronda del Degolladero.
Una buena noticia, ha destacado el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, que permitirá consolidar la estructura de la fortificación defensiva zamorana, declarada Bien de Interés Cultural y en un estado delicado en muchas de sus partes. El trabajo de consolidación que se va a ejecutar está precedido de una fase de diagnosis que habla, a nivel general, de la existencia de serias humedades, escorrentías, pérdida de morteros o arenización de la zona.
«Es el primer paso para que el Estado se tome en serio la muralla, que es de su propiedad en la mayor parte de su recorrido y que a día de hoy carece de un plan de actuación». Situación que se traduce en hechos como los sucedidos recientemente en la ronda de Santa María, donde se han registrado desprendimientos. Ante eso, «es el Ayuntamiento el que se encarga de reponer las piedras pidiendo permiso a todas las instituciones, porque al final somos la institución más rápida».
El primer tramo detallado por Guarido va desde el foso hasta los laboratorios municipales, cerca del castillo. Ahí, hace no tanto, se llevaron a cabo unas obras de emergencia para consolidar la estructura y lo que se pretende ahora es una rehabilitación integral del tramo, afectado por las propias filtraciones del foso y por lo que llega de los jardines del castillo (humedades y presión de la propia tierra, principalmente).
La segunda fase va de los jardines de San Bernabé hasta la puerta de San Martín, prácticamente hasta la entrada al parking, salvando esa esquina, la última, en la que ya se intervino en el año 2020. La tercera son unos dos tercios del paño de la avenida de la Feria, prácticamente desde el número siete y hasta el final. Una distancia considerable en la que las actuaciones tendrán que compaginarse con el proyecto de humanización y «creación de zonas estanciales» que el Ayuntamiento tiene para esa zona, donde ahora es complicado acercarse a la muralla.
La cuarta fase, en la puerta de Doña Urraca y calle Mesones, servirá para consolidar una zona también muy deteriorada. La parte más larga es la última, que abarca toda la zona cercana al centro de salud Puerta Nueva, desde la avenida del Mengue hasta la ronda del Degolladero, parte esta última en la que hay filtraciones bastante agresivas. «Aunque todavía no se han registrado desprendimientos, siempre es mejor actuar antes de que pase algo», ha asegurado el alcalde.
El Ayuntamiento aboga ahora por comenzar «la segunda fase» de la rehabilitación de la muralla, una vez que esta primera parte «está ya encarrilada». Hay «muchos más tramos», asegura el alcalde, «en los que hay que actuar». Guarido pide al Estado «sensibilidad» con el monumento, «que puede ser además un elemento de dinamización turística» para la ciudad.
Los plazos
La licitación del proyecto está ya en marcha y, aunque salió por 120.000 euros, se ha adjudicado por menos de noventa mil. Con un plazo de ejecución de tres meses, es de prever que el proyecto esté listo a finales del mes de abril. Ahí comenzará la licitación y los trabajos podrían comenzar, siendo optimistas, en otoño.
Es un proyecto este, confía Guarido, que no se verá afectado por la anunciada ausencia de Presupuestos Generales del Estado de 2024. «Se ejecuta con fondos europeos», apunta el alcalde de Zamora. «Debería estar acabado a mediados del año 2026 como muy tarde. Los fondos europeos tienen unos plazos muy severos y hay que cumplirlos».
Derribos en la avenida de la Feria
Por otro lado, el alcalde ha confirmado que el derribo pendiente en la avenida de la Feria, junto a la subida a San Martín, es «inminente». Aunque el Ayuntamiento ganó el pleito en el Tribunal Superior de Justicia, el recurso de la empresa que perdió la adjudicación ha supuesto el retraso de un año y medio en el derribo de las edificaciones.
Ahora, el Ayuntamiento llevará a Pleno una modificación de crédito para acometer las obras. Se propondrá a la empresa que resultó adjudicataria en primera instancia que realice los trabajos, en cuyo caso el derribo será cuestión de semanas. Si la empresa no acepta, que está en su derecho, los plazos se alargarían.