La introducción del lince ibérico en el ecosistema de los Cañones del Duero y en el entorno de Zamora capital no se llevará a cabo sin el visto bueno de la sociedad. La Junta de Castilla y León, que apuesta por la introducción del animal en la provincia, ha comenzado hoy una ronda de reuniones, primero con los alcaldes de los municipios afectados, que contará también con la presencia de colectivos agrarios, de cazadores y con los propietarios de terrenos en la zona.
El proyecto de introducción del lince afecta especialmente a los ayuntamientos de Almaraz de Duero, Andavías, La Hiniesta, Muelas del Pan, Pereruela, Roales, Villaseco del Pan y Zamora. Además, tendrá influencia en Carbajales de Alba, Fonfría, Losacino, Moral de Sayago, Palacios del Pan, San Pedro de la Nave, Videmala y Villalcampo. Con todos los ayuntamientos se ha hablado hoy.
”Es importante la divulgación y la comunicación. Este proyecto necesita de aceptación social para poder llevarse a cabo. La experiencia nos dice que los resultados de la introducción de la especie en otras zonas han sido buenos, pero la gente debe conocer los detalles”, ha asegurado Leticia García, delegada de la Junta en Zamora. “Sin el compromiso de la sociedad este proyecto es inviable”, ha incidido.
Así las cosas, la propia Junta y expertos de zonas en las que ya se haya introducido el animal pondrán sobre la mesa las inferencias del animal en algunos aspectos de la vida cotidiana en los pueblos. En la caza, por ejemplo, “no tiene una experiencia negativa”, ha asegurado la delegada a la vista de los datos de otras zonas del país. Tampoco en la ganadería, donde la incidencia es “mínima” y donde, en caso de que hubiera problemas, “la Junta actuaría”.
Ventajas para el turismo
La delegada ha puesto además sobre la mesa las bondades de la introducción de la especie para el turismo, positivas en todas las zonas en las que el animal ya se encuentra implantado. La llegada de ejemplares, han apuntado fuentes de la Junta, puede oscilar entre los cinco y los diez al año durante un periodo de unos cinco años, lo que haría que se trajeran a Zamora entre 25 y 50 linces. Se decidirá, de acuerdo con la Red de Conservación existente, el número de animales y los puntos de origen de los ejemplares.
Esta especie, que únicamente vive en España, se encuentra catalogada en peligro de extinción, habiendo estado al borde de su extinción global a principios de este siglo, quedando solo dos núcleos aislados con menos de 50 individuos adultos. Desde el año 2002, los sucesivos programas de conservación y reintroducción desarrollados han permitido salvar de la extinción a esta emblemática especie de la fauna ibérica, habiéndose multiplicado los ejemplares hasta alcanzar en el último censo los 1.668, con 326 hembras reproductivas detectadas. Sin embargo, la viabilidad de esta especie aún sigue viéndose amenazada, debido principalmente a factores demográficos y genéticos.