Un examinador y un coordinador, que además se va a jubilar en los próximos meses, es el escaso personal que a día de hoy permite realizar exámenes de conducir en toda la provincia de Zamora. Un panorama que ha provocado un importante atasco en las pruebas y que está afectando ya, económicamente, a las autoescuelas de la provincia, que están viendo como los alumnos deciden parar con su formación práctica para retomarla unos días antes de examinarse. Una espera que, en ocasiones, se dilata durante meses y que no tiene visos de solucionarse en el corto plazo.
La situación ha empeorado claramente en la provincia en los últimos tiempos pues, hace un año y según las autoescuelas consultadas, había en la provincia tres examinadores y un coordinador. Se han perdido dos puestos de trabajo, indican las mismas fuentes, por una liberación sindical que no se ha cubierto y otro porque se trataba de un trabajador de una provincia que, cuando ha podido, ha pedido el traslado cerca de su casa.
Según las cuentas de las autoescuelas zamoranas, en el primer mes y medio del año se han dejado de celebrar cerca de cuatrocientos exámenes en relación con las pruebas realizadas el año pasado. Son 297 menos, a fecha de quince de febrero, los celebrados en Zamora y alrededor de un centenar en Benavente.
Una situación «inasumible», asegura María José Figueroa, de Autoescuela Viriato, que pone en juego nada menos que la supervivencia en el corto plazo de un buen número de negocios. En invierno, cuando las autoescuelas viven su temporada baja, «ya vamos mal», con importantes retrasos a la hora de examinar a los alumnos. De hecho, en el mes de enero, las autoescuelas han podido examinar a dos alumnos por negocio, una cifra a todas luces insuficiente. En febrero la cifra ha aumentado algo, «pero muy poco». La situación se agrava teniendo en cuenta que el examinador y el coordinador tienen que encargarse de todos los permisos.
Las autoescuelas piden soluciones a la Dirección General de Tráfico, a la que culpan de la situación que se está viviendo en Zamora, y temen que no se haya arreglado cuando llegue la temporada de verano, que es la época del año de más actividad de estos negocios ya que los jóvenes aprovechan las vacaciones escolares para sacarse el carné. «Como no se solucione en verano no vamos a poder abrir, porque no vamos a tener manera de examinar a los aspirantes», aseguran las fuentes consultadas por este diario.
La situación se vuelve especialmente delicada para los alumnos que suspenden la prueba práctica. En condiciones normales, apunta María José Figueroa, los alumnos que han suspendido dan unas pocas clases prácticas más para pulir posibles defectos y, en un plazo corto (que suele ser de una semana, incluso menos en algunos casos) vuelven a pasar por el trance del examen.
Pero sin examinadores eso es imposible y los aspirantes que no pasan la prueba práctica están condenados a esperar varios meses antes de que les vuelva a tocar turno «porque cuando vuelve a ser el turno de nuestra autoescuela ya hay gente que lleva semanas de espera y les toca a ellos», apuntan desde Autoescuela Viriato.