Año 2010, crisis galopante en España. El trabajo escaseaba, y más para quienes se habían formado en alguna disciplina relacionada con el ladrillo. Para ellos, directamente corrían tiempos oscuros. En medio de esa densa niebla que cubría el futuro, Laura Benito se graduó como arquitecta técnica en la Escuela Politécnica de Zamora y se plantó ante un horizonte en el que debía enfrentarse al mundo laboral sin experiencia y sin contactos. «Lo que decidí fue hacer el Máster en Arquitectura de Interiores, pero al final me marché a Inglaterra«, explica ahora esta mujer de 36 años, que tiene su propia empresa en Málaga, pero también una historia que contar sobre cómo llegó hasta allí.
Su narración protagonizó este lunes la primera de las charlas inspiradoras organizadas por la Escuela Politécnica Superior de Zamora. Pero, eso sí, antes de plantarse ante los alumnos que ocupan el que un día fue su lugar, Benito tuvo tiempo de contar para Enfoque cómo han sido estos 14 años de vida emprendedora desde la graduación en el Campus Viriato hasta el desembarco y la consolidación en Andalucía: «Lo primero que hice en Inglaterra fue trabajar de camarera», explica esta salmantina, que se exprimió con el idioma hasta que pudo hacer entrevistas de trabajo orientadas a su formación previa.
«En mi puesto en la hostelería recibíamos entonces bastantes currículums de ingenieros españoles», recuerda ahora Benito, que admite el carácter «frustrante» de verse abocada a ciertos trabajos a pesar de haber estudiado «tantísimo». Fue en el momento en el que el inglés estuvo más afinado cuando ella pudo agarrarse a un empleo de diseñadora de interiores junior. Sucedió en Bristol, una ciudad de algo menos de medio millón de habitantes, ubicada en el suroeste del país: «Lo que pasa es que allí era la última mona, y siempre tuve en la cabeza el ir a más», apunta.
Con esa ambición rondando su mente, Laura Benito se aferró a la primera oportunidad que se le presentó: «Di con un constructor que me propuso trabajar con él por más dinero y menos horas, pero me exigía hacerme autónoma. Al principio, casi le supliqué que me contratara, pero luego me fui haciendo, hicimos las promociones y ya busqué otros clientes», rememora la egresada del Campus Viriato, que fundó así su propia empresa en el Reino Unido.
La cosa le fue bien: «Estaba creciendo mucho, pero la calidad de vida y el clima me tenían harta», reconoce esta emprendedora que decidió darle un nuevo giro a su vida junto a dos personas que había conocido en Inglaterra: «Vinimos a Málaga para montar una start up, pero estuvimos dos años y no nos fue bien, así que decidí ponerme sola por mi cuenta y especializarme en interiorismo», subraya Benito. Ahora, encabeza un proyecto que implica a «mucha gente», pero en el que ella es «la raíz».
De Inglaterra al resto de Europa
Según la web de Laube Studio, como se llama su empresa, el proyecto «empezó sus primeras hazañas por Inglaterra, desde donde desarrolló proyectos para clientes de toda Europa». Hemos tenido la maravillosa oportunidad de trabajar con y para personas de diferentes culturas, estilos y necesidades», remarcan desde el estudio de Benito, que reivindica el emprendimiento y que explica que «la madurez te va poniendo en tu sitio».
«Nos dan una formación muy de estabilidad, de querer ser funcionarios, pero yo soy una persona muy emprendedora», defiende la exalumna de la Escuela Politécnica, que recuerda «lo estricta que era» la educación en Zamora, pero que valora esa etapa como un elemento clave en la construcción de su carrera.
«Nos dan mucha caña, pero salimos bastante competentes, y además las personas de esta zona nos tomamos las cosas bastante en serio», zanja Laura Benito que, 14 años después del abismo al que se asomó como recién titulada dentro del sector que era el epicentro de la crisis, ahora mira al frente sin miedo a nada.