Moraleja del Vino no tendrá encierro urbano en las fiestas de La Magdalena, una decisión que el alcalde de la localidad, Manuel López (del PP) justifica en el elevado presupuesto que hay que destinar a esta actividad en particular. En un comunicado dirigido a los vecinos del pueblo, el regidor ha valorado «el coste de los dos minutos que ha salido el toro en el encierro» porque, ha asegurado, «además de alcalde soy gestor de este pueblo».
Y el «gestor» municipal ha echado cuentas, que son esclarecedoras. El coste de talanqueras y el dinero destinado al trabajo de los operarios municipales elevan la cifra total a «unos 18.000 euros». Es necesario el trabajo de tres operarios municipales durante «veinte días para buscar todas las talanqueras y otros 20 días para desmontarlas y llevarlas» a sus lugares de origen, lo que incluye «carga, instalación, nuevos agujeros, descarga… Sumando las horas de los tres, unas doscientas horas cada uno», asegura. En total, «8.000 euros de disponibilidad de los trabajadores» que «mientras están haciendo eso no mantienen, no riegan y no limpian». A esto hay que sumarle «el alquiler de varios días de camión para cargar y descargar y un toro mecánico para ayudar a montarlas».
En total, indica el Ayuntamiento, el encierro se va a esos 18.000 euros reseñados antes. «Si el toro ha salido dos minutos, nos sale el minuto a 9.000 euros. 150 euros el segundo si lo queremos dramatizar un poco más», zanja el alcalde. Algunas talanqueras en venta están patrocinadas por empresas. «Pueden pasarse por el Ayuntamiento y se les hará una liquidación de lo que aportaron. O el valor que se considere».
El regidor municipal de Moraleja del Vino apunta además a otras cuestiones que dificultan la planificación. Por ejemplo, el Ayuntamiento de la localidad tiene 25 talanqueras (que ya ha puesto en venta, visto que no se van a usar) y el resto se pedían a Villaralbo y Fuentesaúco. «Desde la nueva Corporación de Fuentesaúco nos llamaron para decirnos que no pidiéramos nada, ni talanqueras ni otra cosa», apunta el alcalde, así que se tuvo que acudir a pueblos como «Fresno, Venialbo o Guarrate» y, aún así, el recorrido se quedó corto. Esto, dice, «sin entrar a la inconsciencia de algunas personas de meter a niños pequeños al pie del cañón como ha pasado este año».
El alcalde asegura que con esta decisión no mermará la programación taurina de la localidad, que está «suficiente cubierta» con «humor amarillo, concurso de cortes y corrida de toros, además del tradicional encierro campero. Yo estoy aquí para tomar decisiones lo más coherentes posible», zanja López.