El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Zamora ha ordenado prisión provisional comunicada sin fianza para el pastor de La Hiniesta cuyos perros atacaron mortalmente a una joven que paseaba por un camino del municipio el pasado 23 de octubre. El juez, además, ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales, según ha informado la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.
Tras valorar el contenido del atestado, las declaraciones de los testigos, la declaración del propio acusado, la autopsia y otras diligencias practicadas desde que se abrió la investigación judicial, el juez entiende que los hechos revisten los carácteres de un delito de homicidio castigado con penas de más de dos años de prisión, y considera que existen elementos «para creer responsable criminalmente» del mismo al investigado.
En su resolución, que ya ha sido notificada a las partes, el instructor señala que la prisión provisional resulta necesaria para evitar la fuga del investigado, «teniendo en cuenta la entidad de las penas que lleva aparejado este delito». Añade, además, que es preciso evitar la reiteración delictiva ya que el pastor «tiene antecedentes administrativos por dejar en más ocasiones a perros tan peligrosos sueltos sin estar para controlarlos» y «nada impide que vuelva a cometer hechos similares, pues sigue teniendo la misma profesión».
El juzgado ha explicado que los canes no tenían seguro y atacaron a la joven en un camino público muy transitado «sin existir ninguna causa o provocación para ello» y sin que el pastor «se encontrara presente o en los alrededores, a una distancia que le permitiese controlar a sus perros a pesar de la extrema peligrosidad de los mismos».
Los motivos del sacrificio de los perros
El Juzgado, además, ha ordenado el sacrificio inmediato de los animales porque «no existe un informe realizado por expertos que descarte de forma absoluta que en caso de volver a quedar en libertad no puedan volver a cometer un hecho similar, lo cual acredita la enorme peligrosidad de los mismos»