La Junta de Castilla y León ha destinado 8,5 millones de euros en los dos últimos planes quinquenales trazados para ofrecer ayudas silvopastorales en la provincia de Zamora (2018-2022 y 2023-2027). Así lo ha asegurado este miércoles, durante el balance presentado a los medios, la delegada territorial, Leticia García Sánchez, que ha aclarado que el dinero se destina sobre todo a propiedades particulares destinadas al pasto de una ganadería.
La responsable autonómica ha explicado que estas ayudas conjugan, por una parte, «la realización de tareas forestales de desbroce de las especies menos deseables desde el punto de vista forestal y la puesta a disposición de la ganadería de pastos de calidad; por otro lado, como está bien demostrado, la ganadería extensiva, además de un factor de gran importancia en la riqueza agropecuaria del medio rural, es un medio muy eficaz en la prevención de incendios forestales».
Leticia García ha señalado que «para facilitar el manejo del ganado, además de los desbroces se ejecutan otras actuaciones, como cerramientos y pasos canadienses para mantener el ganado en el interior de las parcelas; mangas ganaderas y cancillas para facilitar la carga y descarga de los animales, así como los tratamientos sanitarios y puntos de agua, que sirven tanto como abrevadero del ganado como para la fauna silvestre». La superficie de desbroce afectada está en torno a las 10.000 hectáreas.
El caso de Figueruela
La responsable de la Junta de Castilla y León en Zamora ha puesto de ejemplo el municipio de Figueruela de Arriba, «ya que presenta una de las actuaciones más llamativas en su conjunto». Así, se trata de un desbroce de 65,74 hectáreas, que forma parte de una explotación ganadera de vacuno, cuyas parcelas presentaban gran abundancia de matorral y resultaban muy difíciles de aprovechar por parte del ganado.
De este modo, se realizaron desbroces que «no solo han mejorado el pasto, sino también la biodiversidad o las condiciones para el desarrollo de la zona arbolada del monte, a la vez que han supuesto una disminución del riesgo de incendios forestales, tanto de su generación como para la propagación, al crear discontinuidades en la vegetación que dificultan el avance del fuego en caso de producirse».