La Sociedad para el Desarrollo de Zamora (Sodeza) va muriendo lentamente, pero sigue sin desaparecer por completo. Los primeros pasos para su eliminación se dieron a comienzos del pasado mandato, pero han transcurrido cuatro años y el asunto sigue atascado. En aras de quitarse de encima este problema y de habilitar por fin el suelo de polígonos industriales como el de Alcañices o el de Bermillo, el Pleno de la institución ha solucionado otro trámite este miércoles en una sesión extraordinaria que se ha desarrollado con más debate del que se preveía.
En realidad, lo que se dirimía en la sesión era la resolución de otra gestión para la disolución de Sodeza, un destino cuya idoneidad comparten todos los grupos. De ahí que Faúndez insistiera en el inicio del Pleno en el carácter pragmático de la sesión y en la necesidad de darle carpetazo a este tema antes de la reunión, «la próxima semana», del consejo liquidador, y de trasladar la documentación al notario y al registro mercantil. Con eso, estaría todo, previo paso por un nuevo Pleno, y el objetivo es que quede zanjado a comienzos de esta primavera.
No obstante, los grupos quisieron fijar su posición política sobre el tema. No hay que olvidar que la izquierda estuvo en desacuerdo hace más de 15 años con la creación de esta sociedad, un detalle que tanto Izquierda Unida como el PSOE quisieron hacer constar, con referencias a los tiempos en los que la casa estaba presidida por el ahora senador Fernando Martínez-Maíllo.
El mensaje más duro lo mandó la portavoz de IU, Laura Rivera, cuyo grupo, además, se abstuvo en el único punto del orden del día. La responsable del partido de la oposición inició su exposición con un ataque al equipo de Gobierno por no esperar a una sesión ordinaria para solucionar este asunto, una circunstancia que habría evitado el pago por asistencia a Pleno a los miembros no liberados de la corporación. Faúndez le afeó el comentario y le recordó que él no se encuentra entre quienes recibirán la asignación, pero que la propia representante de IU sí.
Más allá de este tema, Rivera lamentó que la sociedad se «disuelva por inanición» y que, «en el día del Entierro de la Sardina», la Diputación celebre «el entierro de Sodeza y, simbólicamente, el del desarrollo de la provincia». «Ya en 2020 los informes de la disolución eran demoledores», recordó la portavoz de IU, que tildó el proyecto de «fracaso» y que advirtió de la necesidad de «cambiar de mirada política».
Por su parte, la portavoz del PSOE, Sandra Veleda, habló de «la crónica de una muerte anunciada» y constató que «los tiempos «son otros» para una sociedad que deja paso a nuevos tiempos: «También hay que salir fuera a por las empresas, no basta con habilitar el suelo industrial», destacó la socialista.
De las explicaciones a los «acuerdos en la fachosfera»
El encargado de defender la postura del equipo de Gobierno fue el propio Faúndez, que admitió que la institución no puede estar «años enredando sin dar ni un solo paso». «Hemos tenido dos retrasos por el fallecimiento de nuestro compañero Luciano Huerga y por la dimisión de Francisco José Requejo, pero una vez pasados lo traemos de nuevo al Pleno», aclaró Faúndez, que acusó a Rivera de «aprovechar sus diez minutos de escaparate» sin «hacer ni una sola propuesta».
Ya en la segunda intervención, como es su costumbre, el portavoz de Vox, David García Montes, acusó a la izquierda de «decir una cosa y hacer otra» y aseguró también que, en la junta de portavoces, se había acordado no intervenir durante la sesión: «Eso se habrá decidido en la fachosfera», le replicó Veleda antes de que todo quedara visto para sentencia a nivel práctico con los votos a favor de todos los grupos salvo las tres abstenciones de IU.