La concesión de la autopista AP-6, prevista para finales del año 2029 por parte del Ministerio de Transportes, se alargará en el tiempo. Así lo asegura la plataforma «Solución travesía San Rafael», que constata que «efectivamente la actual concesión acaba en noviembre de 2029, pero el Gobierno debe de licitar otros siete años más debido al acuerdo firmado por España con la Comisión Europea en 2011 para ejecutar una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) del 2010, hecho que se plasma en el artículo 3 del RD 525/2012, de 9 de marzo».
«Esta obligación de licitar otros siete años más las tres autopistas hasta el año 2036, además de imponerlo el BOE en dicho Real Decreto, nos la ha confirmado recientemente la Comisión Europea en su contestación a la denuncia que esta Plataforma interpuso ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo», apuntan las mismas fuentes. «Por lo tanto, el ministerio de Transportes continúa ocultando información y mintiendo a la ciudadanía» sobre este particular, censuran.
El fin de la concesión se puso sobre la mesa a comienzos de enero, cuando Transportes sacó a licitación un estudio para estudiar cómo cambiará el tráfico una vez la autopista no sea de peaje. En dicho documento aparecía una fecha: el 19 de noviembre de 2029.
Consecuencias de abrir la vía
La apertura de las autopistas (el documento habla de la AP-6, AP-1 (Burgos-Armiñón), AP-4 (Sevilla-Cádiz), AP-7 (Alicante-Valencia-Tarragona y Tarragona-Barcelona) y AP-2 (Zaragoza-Mediterráneo)) se traducirá en que estas vías «previsiblemente captarán tráfico» de otras carreteras libres de peajes, en particular la N-VI, la N-110 y la N-603, además de los coches que puedan empezar a circular por la reducción del coste generalizado.
Esto, indica el Ministerio de Transportes, podría tener repercusiones. Por ejemplo, en la insuficiencia de la capacidad de algunos enlaces de la autopista con otras carreteras, lo que «puede derivar en la necesidad de remodelar los enlaces existentes o de implantar nuevos en otras ubicaciones». Así, por ejemplo, la distancia entre los enlaces de San Rafael y Villacastín es de 22 kilómetros aproximadamente, entre Villacastín y Sanchidrián hay 20 kilómetros y entre Villacastín y Vicolozano, otros 22. «Por lo tanto, existen usuarios que se ven obligados a recorrer trayectos largos por vías convencionales para acceder a la autopista, penalizando su seguridad y tiempos de viaje».
Asimismo, en caso de confusión en la selección de la salida, los recorridos para efectuar el cambio de sentido son también muy prolongados. Por este motivo, debería estudiarse la construcción de nuevos enlaces o completar los existentes para mejorar accesibilidad al territorio y mejorar las condiciones de explotación de las autopistas.