En la iglesia de San Pedro de Villalpando hay unas grietas por las que cabría una mano entera. Suponiendo que alguien se atreva a tocarla, claro, cosa que no es fácil. El monumento, del siglo XII, presenta un aspecto calamitoso y las palomas se han hecho fuertes en la zona, lo que da, si cabe, más sensación de abandono. El inmueble es uno de los tres monumentos de la localidad que engrosan la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra, lo que da una idea de la situación actual en la localidad por lo que refiere a este particular. Y es que buena parte del patrimonio de Villalcampo está, literalmente, a punto de irse al suelo.
A la iglesia de San Pedro hay que sumarle la de San Miguel y el Castillo de Villalpando, construcciones más que relevantes en su día y a las que el paso de los siglos y la ausencia de inversiones y de cuidados ha condenado a su estado actual. Pero comencemos por la primera de la lista: San Pedro. Sufre importante daños, visibles, evidentes, tiene grietas y humedades agravadas, dice Hispania Nostra, por la falta de inversiones de los últimos años. La torre es una de las partes más afectadas «y presenta dos grietas de importantes dimensiones». Literalmente, parece que puede caerse en cualquier momento.
La iglesia carece de protección específica y ha vivido varias intervenciones. La última integral, en 1982, puesto que desde entonces solo se han llevado a cabo pequeños trabajos en el tejado. En 2014 la asociación de Amigos del Patrimonio Religioso de Villalpando arregla parte de la cubierta. Es propiedad del Obispado de Zamora y forma parte de la Lista Roja de Patrimonio desde el año 2014.
Los otros dos edificios en riesgo están en la parte norte del pueblo, a un lado y a otro de la carretera que une Villalpando con Villamayor de Campos. De forma que una persona que se plante en la carretera tiene, a un lado y a otro, muestras de lo que le sucede al patrimonio de los pueblos cuando se deja de la mano de Dios. El Castillo de Villalpando es quizás el caso más sangrante, puesto que es un Bien de Interés Cultural y, junto a sus muros, se construyó una vivienda. De hecho, bien parece que el Castillo es ahora de propiedad privada.
Se conservan dos lienzos, con muros de 2,80 metros de espesor, y poco más. Los pisos interiores pueden todavía adivinarse por las marcas en los muros o por las ventanas, pero ya no existen. Su origen se remonta, indica Hispania Nostra, probablemente al siglo XII. Fue fortaleza de los templarios. En la Guerra de las Comunidades, fue incendiado y, sobre sus ruinas, el condestable don Íñigo levantó un palacio, reformado en el siglo XVI y perdido después.
La última incorporación
La iglesia de San Miguel tiene el dudoso honor de ser la última incorporación a la Lista Roja en Villalpando. Forma parte del club de patrimonio en mal estado desde finales del año 2023. Bajo propiedad particular el edificio, datado en el siglo XII, se encuentra en un proceso de ruina galopante desde el derrumbe de su techo a finales del siglo XX. En 2005, recuerda Hispania Nostra, se hundió «el imponente arco formero de la nave más amplia se derrumbó, a la vez que lo hacían las pechinas y parte de los muros cercanos al presbiterio». Hoy solo se mantienen en pie algunos muros y en el interior hay básicamente escombros, maleza y recuerdos de tiempos pasados. Uno de los extremos es un basurero.
La iglesia es uno de los diez templos medievales que se levantaron en la villa, de estilo mudéjar. La iglesia era de planta basilical con dos naves, las cuales fueron ampliadas a tres en la Edad Moderna con la construcción de una austera capilla dedicada a la Virgen del Carmen. «Las ruinas de este templo son unos de los escasos restos de las numerosas iglesias que existieron en la localidad. La iglesia se encuentra abandonada, descuidada y sin haber sido objeto de ninguna intervención que asegure sus ruinas, a pesar de su gran valor arquitectónico y su relevancia histórica», concluye Hispania Nostra.