”Si el virus hubiera entrado en Francia antes, en primavera, como llegó aquí, ya tendríamos vacuna. Pero como no fue así, pues no”. Es una frase que se oye en el campo y que se ha llegado a pronunciar en ruedas de prensa como la protagonizada por las organizaciones agrarias el viernes en Zamora. Y representa bien el sentir general de la ganadería zamorana, golpeada duramente por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica, con otra primavera a la vista y sin remedio conocido. “A quien le pegó duro en 2023, otro año igual le hace cerrar”.
El sector teme de veras la llegada de las altas temperaturas. Los últimos datos, ofrecidos por la Junta esta misma semana, dan pie a ello. En Zamora, cerca de 10.000 vacas han dado positivo por EHE y la cifra sube en un periodo, el invierno, en el que la transmisión de la enfermedad debería haberse parado. El virus se transmite por la picadura de un mosquito que, en invierno, no está en Zamora por motivos estacionales. Así que la transmisión está, en teoría, bajo mínimos. “Cuando suban las temperaturas vuelve el mosquito, y no sabemos lo que puede pasar”, asegura Fernando Vicente, un joven ganadero de Muga de Sayago. “Pero hay inquietud”.
La vacuna prometida, que iba a llegar antes de que comenzara la etapa de transmisión, no estará para este año. Vicente asegura que las investigaciones van por una vacuna “multiserotipo”, que sirva para las múltiples variaciones que tiene la EHE. Porque la variedad que el año pasado circuló por España es la del serotipo 8, que circulaba por el norte de África y que, en teoría, entró al continente europeo por ahí. Pero en el mismo lugar, en África, circula también el serotipo 6, cuya llegada a España en los próximos meses no es ni mucho menos descartable. “Si vacunamos contra el 8 pero después llega el seis, no hemos hecho nada”, asegura el ganadero.
Los ganaderos han pedido ya hasta tres reuniones al Ministerio de Agricultura y Ganadería para tratar este y otros temas y, de momento, Madrid hace oídos sordos a los problemas de las explotaciones ganaderas. “Esto lo tiene que atajar el ministerio, porque es un problema que estamos viendo a nivel nacional. Los ganaderos a los que se les mete sufren muchas pérdidas”, asegura Fernando Vicente que, además, pide homogeneidad. “Hasta que no se meta el ministerio vamos a ver como en Castilla y León se dan unas ayudas y en Cantabria otras, por ejemplo”.
Elevado porcentaje de muertes
Lo que de momento parece descartado es que la cabaña ganadera desarrolle por sí misma la inmunidad ante el virus. La afectación, aseguran fuentes del sector, es mucho mayor que los datos comunicados, por unas u otras razones. Y eso que los datos comunicados son malos. En Zamora, la Junta tiene detectados más de 1.200 animales muertos desde el pasado mes de agosto. Y es que, aunque la inmunidad natural fuese posible, se lograría a un precio que ni los animales ni los ganaderos pueden pagar, porque la enfermedad afecta de forma agresiva a las vacas y causa un elevado porcentaje de muertes.
”Lo que más tenemos es enfrentarnos a las imágenes del pasado verano”, asegura Fernando Vicente, a quién, fruto de una previsión más que intensa, el EHE golpeó de una forma más benigna que a algunos de sus compañeros. “Entrabas a las explotaciones por la mañana y veáis a una vaca abortando, a otra que todavía estaba viva y ya se la estaban comiendo los buitres. Las imágenes eran muy duras. Yo te digo que si ahora preguntas al sector, te dicen que prefieren que todas las ayudas prometidas se destinen a investigar una vacuna y que llegue rápido. Hasta que no haya vacuna, esto no va a acabar”.
Una vacuna urgente
En esta cuestión, los ganaderos están más cerca de la Junta que del ministerio. La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural sigue insistiendo en la necesidad de que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación plantee un plan de actuación conjunto, con sus ayudas correspondientes, para hacer frente a esta enfermedad que ha afectado a toda España.
No obstante, desde la Consejería se valora positivamente la reciente decisión del ministerio de la declaración de “urgencia” que permitirá potenciar la investigación y desarrollo de una vacuna lo antes posible, tal y como pidieron en numerosas ocasiones –la última, en la reunión sectorial de hace escasos días- los consejeros de Castilla y León, Aragón, Comunidad Valenciana y el titular de Gestión Forestal de Extremadura.