António Tiza (Varge, 1949) escucha, analiza y responde cada pregunta que recibe con el apoyo de un mapa mental en el que aparecen perfectamente definidos los rituales ancestrales que se celebran en cada lugar del noroeste de la península. Formado inicialmente en Filosofía y más tarde en Ciencias Sociales, el presidente de la Academia Ibérica de la Máscara de Bragança es toda una eminencia cuando se trata de hablar de estas tradiciones a las que ha dedicado tiempo, vida y libros. Este miércoles, estuvo en la FRAH con motivo de la presentación del carnaval, otro de esos momentos en los que le gustaría dividirse para estar en todas las celebraciones al mismo tiempo.
– En los últimos años, mucha gente se ha implicado en la recuperación de las mascaradas e incluso en su impulso desde un punto de vista turístico. ¿Cuál es la realidad que usted percibe tanto en el lado de España como en el de Portugal?
– La situación, de momento, podemos considerar que es buena. Estamos en una época de mucha actividad y de mucha voluntad por parte de las poblaciones locales por reavivar sus rituales festivos en aquellos casos en los que se habían perdido. Esto ha pasado ya en varias localidades tanto del lado de Zamora y de León como en Portugal, en la zona de Braganza. Es cierto que algunas mascaradas, por falta de población, no digo que se estén perdiendo, pero tienen poca participación por parte de los jóvenes. Ese es el gran problema que tenemos a ambos lados. Son casos en los que la gente trabaja fuera, en otras partes del país o incluso en el extranjero, pero hablamos de situaciones puntuales, digamos. La norma es la voluntad por recuperar, dinamizar y atraer turistas.
– ¿Conviene medir el turismo para evitar que afecte a la tradición?
– Sí, ese es un problema con el que habría que tomar algunas medidas, para que la afluencia excesiva de visitantes no perturbase el desarrollo de los rituales. En algunos casos, pocos, esto está sucediendo. Pero por otro lado hay lugares en los que el ritual tradicional se celebra en la propia fecha para el interior de la comunidad y, en otro día, se hace una representación más de tipo teatral, de teatro callejero, para que lo vea el turista. Con todo, el ritual auténtico debe hacerse sin interferencias por parte de los turistas.
– Hay otros sitios, como Pobladura de Aliste en la provincia de Zamora, donde se hace todo directamente en agosto.
– Pobladura de Aliste es un caso que no digo que sea único, pero es raro. Y lo que dices ocurre por falta de gente. Tuvieron la necesidad de transferir el ritual desde el 26 de diciembre, día de San Esteban, para el 15 de agosto. Es un caso paradigmático. Con todo, se hace en ese día sin interferencia por parte de los turistas o de los fotógrafos, que también afectan mucho y algunas veces perturban. Pero aquí no es el caso. Se representa tal cual debe ser.
«Lo que pasa en Zamora y Bragança es algo casi único en Europa, con esa gran concentración de fiestas desde el 26 de diciembre hasta Reyes»
– ¿Percibe diferencias entre las evoluciones de la zona portuguesa y las de Zamora o León?
– Es la misma situación. No hay grandes diferencias, sobre todo si hablamos de Zamora. Con León es distinto, porque las festividades allí son casi todas en el ciclo del carnaval, exceptuando la Cabrera, que es al final de enero, pero tampoco es en el ciclo de Navidad de los doce días. Lo que pasa con Zamora y Bragança es que hay una gran semejanza. Hablamos de algo casi único en Europa con esta gran concentración de fiestas desde el 26 de diciembre hasta Reyes.
– Antiguamente, esto se concebía, entre otras cosas, como un ritual de paso. ¿Cómo ve el futuro con la previsible caída del número de jóvenes?
– Pienso que ya está produciéndose una evolución en esa materia. Hace 30 años o menos, la participación en estas mascaradas era exclusiva de los jóvenes. Hoy ya no es así. En muchas localidades ya no son solo jóvenes ni chicos. También participan las chicas y personas casadas. Esto ya está sucediendo. Con la falta de gente, en el futuro, esto se hará extensivo a todas las localidades. Básicamente, porque sin gente no hay fiesta. Y la continuidad se consigue permitiendo que toda la gente que tenga voluntad de participar pueda hacerlo.
– En Zamora, varios de los personajes principales de algunas mascaradas, como los zangarrones de Montamarta o de Sanzoles, no pueden ser mujeres. ¿Esto va a tener que cambiar?
– Va a tener que cambiar necesariamente. De todos modos, hay mascaradas donde las quintas entran a formar parte del ritual, como vi en Montamarta la última vez que estuve.
– Pero no como personaje principal.
– No es el personaje principal, pero es importante que estén los quintos y las quintas. Esto tiene que ser una evolución natural. Hablamos de la igualdad de género.
«En Podence, la cantidad de gente es enorme y, si alguien quisiera entrar en la esencia de los carnavales, probablemente tendría que escoger otros»
– Ahora llegan las mascaradas de carnaval. ¿Cuáles recomienda ver para la gente que no conozca ninguna por esta zona?
– Tengo que recomendar todas, no puedo distinguir. Claro que hay algunas que tienen mayor afluencia de gente, como el caso de Podence, que está clasificada como Patrimonio de la Humanidad. Allí la cantidad de personas es enormísima. Así que si alguien quisiera entrar en la esencia de los carnavales, probablemente tendría que escoger otros, como Vilaboa, Alfandega da Fe, Vinhais o Bragança. Están bastante bien preservados y quienes vayan pueden entrar en la esencia y en el significado del ritual.