La historia de la familia de Matilde Cerezal Mezquita, titulada por los dos apellidos de la autora, ha sido merecedora del máximo galardón en el II Premio Memoria de la Emigración Zamorana, cuyo fallo se ha conocido este martes. El jurado ha valorado la narración de los aspectos «familiares, laborales y de sociabilidad, con especial incidencia en los compromisos con la Colonia Zamorana de Cuba» que aparecen en el texto vencedor.
Junto a la historia de la familia Cerezal-Mezquita, también se han concedido otros premios secundarios. Entre ellos, al relato trazado por Ramiro Cid sobre la emigración de su bisabuelo a Brasil y a Argentina; a las vivencias de Sergio Rabanillo en la Colonia Zamorana de Cuba; o a la historia de Felipe Ferrero y María Cecilio sobre la vida de Francisco Ferrero, que marchó de Manganeses de la Polvorosa a Buenos Aires.
El encargado de ofrecer los detalles sobre la relación de los premiados ha sido el responsable de la Cátedra de Población, Vinculación y Desarrollo de la UNED, Juan Andrés Blanco, en una comparecencia en la que también han intervenido el vicepresidente primero de la Diputación, Víctor López de la Parte, y la representante de la Fundación Caja Rural, Laura Huertos.
Blanco ha recordado la trayectoria de la UNED, con el respaldo de la institución y de la empresa previamente citadas, en el camino recorrido para recuperar la memoria de los emigrantes zamoranos y castellano y leoneses: «Nos importaba también la vinculación que mantenían con sus territorios de origen», ha remarcado el representante de la institución académica, que ha lamentado que, en este nuevo proyecto, no haya habido demasiados testimonios de la emigración interprovincial.
Aún así, la cátedra ha logrado recoger historias de algunos zamoranos en País Vasco o Cataluña, que se han combinado con las citadas de los países de América, mayoría en este certamen, y con algunas otras correspondientes a la emigración rumbo a Europa, con Francia o Suiza como algunos de los destinos predilectos por parte de aquellos zamoranos.
La importancia de la vinculación
Juan Andrés Blanco ha recalcado que esto sirve «no solo como conocimiento histórico», sino también para «incentivar esa vinculación» con su tierra de los zamoranos que se han ido. No en vano, como ha recordado el responsable de la UNED, hay tantas personas nacidas en la provincia dentro de ella como fuera.
Por su parte, López de la Parte ha apelado a continuar con esta labor «para que no se pierda la memoria» y ha señalado que siguen produciéndose recepciones a personas que llegan en busca de sus raíces. Sin ir más lejos, recientemente, una familia residente en la costa oeste de Estados Unidos ha acudido a la Diputación para profundizar en la vida de su antepasado nacido en La Guereña.
En su caso, Huertos, de la Fundación Caja Rural, ha defendido la pertinencia de recuperar todos estos testimonios y ha agradecido «la implicación» de la UNED, principalmente a través de la Cátedra de Población, Vinculación y Desarrollo.
De una sala virtual a un futuro espacio físico
Juan Andrés Blanco ha recordado, además, que ya se ha puesto en marcha un espacio virtual a modo de centro de las migraciones de Castilla y León. A ese espacio web podría sumarse próximamente una sala física «humilde»; pero que serviría como espacio de consulta para los interesados. La idea se está madurando con el apoyo de la Diputación y de la Junta, pero aún falta concreción respecto a los plazos.