Hay un jabalí vivo al que resulta imposible escapar del canal Toro-Zamora a su paso por la primera localidad. Algunos han avisado al 112, a la Consejería de Medio Ambiente o a la Confederación Hidrográfica del Duero, propietaria del canal, para solucionarlo. Otros han aportado alimento para evitar la muerte por inanición del animal. Pero, después de cuatro días, el jabalí sigue ahí, en la misma situación.
Es la denuncia que hacen Ecologistas Zamora y la asociación Zamora Viva sobre la situación del canal de riego, en el que estas situaciones se dan de forma más o menos habitual. «La antigüedad de estas instalaciones gestionadas por la CHD y la ausencia de rampas de escape y vallados perimetrales convierten a estas infraestructuras en trampas mortales para decenas de vertebrados y suponen un riesgo para la ciudadanía», aseguran.
Este nuevo episodio pone de relieve una grave problemática enquistada desde hace años en la zona. De hecho, cada temporada, son numerosos los jabalíes, corzos, zorros, tejones y algún perro que caen al interior de los dos canales de riego que atraviesan la zona. Algunos mueren ahogados tras ser arrastrados por la corriente. Cuando estas infraestructuras están vacías de agua, ocurre que algunos jabalíes fallecen por inanición tras permanecer semanas sin poder sortear las altas paredes. Además, en el intento de superar los muros del canal (de hormigón, muy inclinados y habitualmente tapizados de verdín), «las pezuñas de estos ungulados resbalan constantemente, lo que genera con frecuencia graves daños y heridas». Al carecer de estructuras de escape para la fauna, estos canales de riego están generando -desde hace décadas- una constante mortalidad, dicen las mismas fuentes.
Tanto el Canal de Toro-Zamora (con unos 60 kilómetros de longitud), como el Canal de San José (con 51 kilómetros), son infraestructuras construidas antes de 1965 y están obsoletas en lo referente a medidas correctoras para la fauna. Su revestimiento de hormigón y las diferentes secciones de estas infraestructuras limitan o incluso, imposibilitan, el escape de muchos animales. Además, la ausencia de vallados perimetrales, favorece el acceso de la fauna al propio canal.
Esta situación no supone un hecho aislado y representa una problemática que genera la mortalidad de miles de animales de decenas de especies en nuestro país y que ha sido visibilizada por diferentes organizaciones ambientales y colectivos sociales. «La situación de muchos canales de riego de nuestro país entraña, además, riesgos de ahogamientos para niños, personas adultas y también para el ganado», concluyen Ecologistas Zamora y Zamora Viva.