Zamora perdió 849 habitantes durante el último año, pero no lo hizo de manera uniforme en todo su territorio. La caída afectó solamente a 269 de las 509 unidades de población que hay en la provincia; otras 173 crecieron a lo largo del ejercicio; mientras que las 67 restantes se quedaron como estaban. Así lo refleja este martes la estadística del Nomenclator del INE, que muestra la evolución del padrón teniendo en cuenta las pedanías, no solo las cifras por Ayuntamiento.
CONSULTA LA POBLACIÓN DE CADA UNIDAD POBLACIONAL POR ORDEN ALFABÉTICO EN ESTE DOCUMENTO
Como se puede comprobar en los datos que aparece en el archivo situado arriba, más allá de la evolución del año previo al 1 de enero de 2023, lo cierto es que la realidad demográfica de Zamora habla de una población muy dispersa, repartida en muchos núcleos y con un gran número de localidades muy pequeñas. De hecho, solo 14 pueblos habitados superan la barrera del millar y apenas 25 rebasan los 500, a juzgar por los datos del INE.
En cambio, 273 de las 509 localidades se encuentran por debajo de los 100 habitantes. Es decir, más de la mitad del total. De ellas, 163 se sitúan incluso por debajo del medio centenar, lo que quiere decir que, en la provincia de Zamora, en torno a un tercio de los pueblos ni siquiera alcanza los 50 vecinos en estos momentos.
La supervivencia
En cuanto a los que tienen una situación más complicada en relación a su supervivencia a medio y largo plazo, conviene señalar que hay 25 unidades poblacionales que no llegan en estos momentos a los diez habitantes. A esa lista se ha incorporado durante el último año Cernecina, un anejo de Pereruela que ha pasado de trece a nueve vecinos tras esta actualización del padrón.
Dentro de ese grupo, también han perdido población Valdemerilla (6) y Villarino de Cebal (5), localidades que se van acercando a la realidad de los cinco pueblos que ya carecen de personas empadronadas, aunque siguen apareciendo en la lista como pueblos existentes. Tal es el caso de Gusandanos, Otero de Sariegos, Salto de Castro, Salto de Villalcampo o San Pelayo.
De las cifras publicadas por el INE, también llama la atención que la localidad de Toro, sin contar con sus anejos, ya no alcanza los 8.000 habitantes, mientras que Morales del Vino, en cambio, llega a los 3.000 sin la ayuda de Pontejos por primera vez.