La final de la Copa LEB Plata de este sábado (19.00 horas) frente al Odilo Cartagena será el partido número 1.236 de la historia del Club Baloncesto Zamora. Desde el primer envite en el año 1978, con derrota ante el Cacereño, hasta la antesala de este encuentro con un trofeo en juego, la entidad se ha ido transformando con una capacidad adaptativa notable para sobrevivir. A veces, en fase de expansión; otras, agazapado. Pero siempre vigente. Y como el elemento inmutable de todo este proceso de 46 años, Gerardo Hernández de Luz. Siempre, desde distintos puestos, en la euforia del triunfo, en la amargura de la derrota y en la paciencia tediosa de las transiciones.
El ahora presidente del club fue primero entrenador, luego ocupó otros puestos en el organigrama, pero siempre ha formado parte del corazón de un proyecto que, en el presente, vive instalado en una luna de miel. No es solo la fiesta de la Copa, es el ambiente del pabellón cada semana, los niños que van al Ángel Nieto, la conexión de la gente con el equipo, esa sensación de club en crecimiento, de que falta poco para dar el paso. Gerardo Hernández lo palpa también, lo ve, lo disfruta, pero se lo toma como cualquiera que lleve 46 años en el deporte: «Estas cosas son cíclicas», advierte.
Para el mandatario del club, «la larga travesía» por la Liga EBA jugó un papel adormecedor para el club, pero el ascenso a LEB Plata espoleó a la entidad: «Después de que subiéramos hubo un brote y un repunte desde el punto de vista de los aficionados, que están percibiendo ese sentimiento de pertenencia a algo, aunque no haya jugadores locales. Es bonito ver el germen de una grada que vibra con el equipo», analiza Hernández.
De hecho, el presidente del CB Zamora ya mira un paso más allá. El equipo es líder sólido de su grupo en LEB Plata, e independientemente del aperitivo de la Copa, las opciones de ascenso aparecen con una cierta nitidez en el horizonte: «La evolución del club ha sido positiva, tenemos una estructura mayor, más de 400 niños bajo nuestra tutela, y eso atrae a padres y a empresas. Sumándolo todo, podríamos llegar a afrontar un salto a la LEB Oro«, analiza Hernández.
A toda esa suma de factores, el presidente de la entidad se empeña en añadir el respaldo institucional, particularmente de la Diputación, que aporta una cantidad decisiva para sostener el proyecto y para hacer posibles partidos como el del sábado. «Espero un encuentro en que podamos rememorar aquellos viejos tiempos en los que el Ángel Nieto vibraba con nosotros», indica Hernández de Luz, que considera que «hace casi 30 años que el equipo no tenía esta aceptación por parte de la gente».
El «fervor» de los 90
Aquella primera gran etapa también fue el fruto de un ejercicio de paciencia, de picar piedra, de asentarse en una provincia que, en los 70, «apenas tenía recursos de ningún tipo». Ahora bien, a medida que pasaron los años, el baloncesto cuajó y «aquello se vivía muy apasionadamente, con mucho fervor». «Con cada canasta, parecía que el pabellón reventaba», rememora Hernández de Luz, que reivindica la gestión en todo este tiempo: «Tener el club vivo durante 46 años, con lo que ha llovido, implica que ha habido cierta sensatez, que no nos hemos enrollado con deudas», apunta el presidente.
Gracias a esa tarea de contención en el gasto y aguante, Hernández de Luz pudo ver cómo su hijo Saulo, en su día también jugador, heredaba el banquillo, tomaba las riendas y se convertía en la figura de referencia para el CB Zamora; su piedra angular: «Tanto él como mis nietos están muy pinchados con el baloncesto. Yo he vivido esto con mucha intensidad, pero recomiendo hacerlo con pasión y también ciertos límites», aconseja el mandatario, que durante la pandemia superó un larguísimo proceso de hospitalización que ahora le sirve para mirar con otros ojos.
Gerardo Hernández pasó una serie interminable de jornadas en la UCI a causa del COVID. Ahora, disfruta de su segunda oportunidad: «Si te soy sincero, desde que salí del hospital, cada minuto que vivo me parece maravilloso. Disfrutar del sol que hace hoy (por el jueves), de la niebla que ha habido estos días o de charlar ahora aquí contigo me parece fantástico. Pasar por un episodio de estos nos recuerda que no somos dueños de la salud y ahora relativizo todas las cosas pequeñas que me puedan pasar», explica el dirigente del CB Zamora.
Así, con «una pasión que llena», pero «sin forofismos», Hernández de Luz se sentará el sábado a ver la final. El objetivo de toda la entidad es ganar la Copa LEB Plata, pero Gerardo y también Saulo ya lo han advertido: el premio gordo se reparte en primavera, con el ascenso en juego. Y lo que es más importante, los éxitos que vengan, si tienen que venir, poder celebrarlos juntos.