El campamento militar de Monte la Reina contará con una inversión de 20 millones de euros en los presupuestos del año que viene. Es la misma cantidad que ha tenido en los ejercicios 2022 y 2023. Los datos se han puesto este jueves sobre la mesa en la visita que la ministra de Defensa, Margarita Robles, está haciendo a las instalaciones militares en el municipio de Toro, en la que está recibiendo una amplia información sobre el estado del proyecto.
Sin embargo, los cuarenta millones presupuestados en años anteriores, que no se han gastado, «tampoco se han perdido», por lo que «están guardados» para su uso en próximos ejercicios. La ministra ha recibido una actualización de los trabajos realizados, que se concentran principalmente en la parcela que se encuentra entre la carretera y el río. Se han demolido más de 80 edificaciones y se ha limpiado la zona, «que estaba en estado selvático», hasta el punto de que hoy estaría lista para su uso por parte de Defensa «si se considera necesario».
Los trabajos que se están realizando en una de las parcelas del otro lado de la carretera, la más pequeña, acabarán en abril, y consisten en la limpieza y vallado de la zona con estructura militar para «evitar la entrada indeseable» de personas. También se comenzarán a rehabilitar los campos de tiro de dicha parcela, que quedará «en uso sin perjuicio de que el cuartel se esté construyendo de forma paralela». Podría ser utilizado por destacamentos de León y Salamanca.
La ministra de Defensa ha destacado «la gran mejora» que han experimentado las instalaciones de Monte la Reina desde su última visita. En la parcela en la que se han concentrado los trabajos se podrá ahora reacondicionar edificios, pero la nueva construcción está prácticamente vetada por la cercanía del Duero. «Lo que sí se puede es mejorar lo que hay, lo que se ha mantenido», una pequeña parte del campamento original.
Colaboración con la USAL
La ministra ha recibido también información sobre la colaboración de la USAL en el proyecto, muy ligado al uso de energías limpias en el entorno (solar, eólica y biomasa). «El potencial es importante. Podrían producirse 2.000 megavatios hora por metro cuadrado al año», han asegurado los expertos. La parte eólica «también es eficiente» y el viento, de unos 20 kilómetros por hora de media, «puede ser utilizado».
Una vez finalicen los estudios será la Dirección General de Infraestructuras la que tendrá que valorar qué instalaciones energéticas pone en marcha. Sobre este particular, la ministra ha destacado «la apuesta» por las universidades públicas, que abre «vías de comunicación y de colaboración interesantes».
Los planes de futuro
Los responsables militares le han presentado además a Margarita Robles los planes de futuro para el cuartel, centrados en las parcelas que se encuentran al norte, más lejos del río. Esas ideas no han cambiado con respecto a las anunciadas, y el Ejército tiene intención de que entre 1.300 y 1.500 personas se asienten en el campamento, donde vivirán y realizarán su actividad profesional.
El proyecto de redacción del Plan Especial, que realizará la empresa Castinsa, se encuentra ahora en una primera fase, la de recopilación de información y presentación de alternativas. «Intentaremos que el plan esté redactado antes del verano de este año». Después se presentará ante el Ayuntamiento de Toro y se someterá a un periodo de información pública de dos meses, plazo en el que podrían aparecer alegaciones. «Vamos a intentar que se tramite y se resuelva cuanto antes».
El acuartelamiento estará, pues, al norte de la zona inundable. La idea es que «sea un acuartelamiento 4.0, el ejemplo futuro de cómo se deben hacer las construcciones en materia de eficiencia energética y sostenibilidad». Se está planteando sustituir toda la instalación térmica para que sea a base de biomasa y n de gasóleo, por ejemplo, algo que «ya se está haciendo» en la zona.
“También hemos planteado el tema de la autosuficiencia energética, y la idea es que esto sea un ejemplo para el futuro y sacar conclusiones para el resto de las inversiones que en el futuro tenga que hacer el Ejército de Tierra». El acuartelamiento tiene cuatro grandes zonas: una gran área de material, de mando, de vida y una zona deportiva y de instrucción y adiestramiento. Parte de estas últimas podrían cruzar la carretera y quedarse en la zona construida junto al río.
Además, cada edificio residencial tendrá un mínimo de mil metros cuadrados de planta (dimensionando el cuartel para dos batallones). La cocina será capaz de elaborar 500 menús diarios y los comedores acogerían a 250 personas para dar de comer en varios turnos. La idea es comenzar la redacción de proyectos para terminar en 2027 y que las unidades se trasladen entonces, y no en el 2026, como se aseguró por parte del Ejército hace unos meses.