Hace unos meses, cada balance posterior a una reunión de coordinación entre el subdelegado del Gobierno y los representantes de las fuerzas de seguridad incluía una referencia a las concentraciones de coches para celebrar carreras ilegales en distintos polígonos de la provincia, particularmente en los que se encuentran en el entorno de Zamora capital. Esa información cesó hace tiempo, pero las quedadas han continuado, sobre todo en una de las zonas industriales ubicadas en el término municipal de Coreses.
En una entrevista concedida a este medio, el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, concedió que, aunque ya no se hable mucho del tema, «sí suele haber concentraciones» de estas características en el citado polígono. De hecho, las fuerzas de seguridad se han ido coordinando desde que detectaron tales prácticas para acudir con la mayor celeridad a estos lugares y tratar de disolver los encuentros antes de que se produzcan las situaciones de riesgo.
«Intentamos evitar las carreras sobre todo por el peligro que entrañan», reconoció Blanco, que apuntó que, aparte de eso, se hacen controles a los asistentes que suelen saldarse con sanciones vinculadas a la ausencia de una iTV en regla: «En Coreses, estamos teniendo problemas con este tema», insistió el subdelegado, que indicó que las personas que acuden suelen repetir de una vez para otra.
La seguridad vial
Más allá del tema de las carreras ilegales, Blanco indicó que Zamora debe hacer un esfuerzo en materia de seguridad vial: «Hay muchos accidentes y tenemos que analizar por qué», abundó el subdelegado del Gobierno, que comparó las cifras de la provincia con las de otros territorios con menos siniestros, como el caso de Palencia.
Además, el representante del Ejecutivo en Zamora dejó claro que «no se puede permitir que, a estas alturas, casi el 50% de los fallecidos el año pasado en carretera no llevara el cinturón de seguridad».
La ciberdelincuencia
Fuera del tráfico, lo que más preocupa a los responsables zamoranos desde el punto de vista de la criminalidad es el incremento de los ciberdelitos. Esa inquietud se ve exacerbada por la sensación de que cuesta mucho más transmitir el peligro con este tipo de casos que con los robos presenciales, por citar uno de los ejemplos que mencionó Blanco.
En todo caso, «la delincuencia está bajando» en la provincia, incluso a pesar de que la despoblación genera ciertos problemas: «Algunas veces, con el tema que hubo con los robos en las iglesias, nos encontramos con que habían pasado 15 días y nadie se había enterado», zanjó el subdelegado.