Mientras toda la ciudad estaba reunida en torno a la mesa de la cena de Nochebuena, un grupo de ladrones se dedicó a asaltar varias naves en distintas zonas del polígono de La Hiniesta. La Subdelegación del Gobierno habló este miércoles de seis tentativas o atracos consumados, uno de ellos a la empresa de Javier Centeno, Impacta Publicidad, que como varios de sus vecinos en una de las calles de la zona industrial, se dio de bruces con las consecuencias el día 26 de diciembre a primera hora, al regresar al trabajo.
«Para entrar, reventaron el cuadro de luces donde estaba el contador, quitaron los fusibles y luego forzaron una puerta peatonal. Por ahí entraron y estuvieron en la nave, me imagino que con linternas», explica Centeno, ya más de dos semanas después de aquellos hechos, mientras va señalando el itinerario que presumiblemente siguieron los ladrones durante el atraco que perpetraron en sus instalaciones.

Al contrario que en otros negocios del entorno, los asaltantes «ni revolvieron ni destrozaron nada», pero sí se llevaron cosas de valor: «Echamos en falta unos ordenadores portátiles, que se los debieron llevar con una mochila que también falta, y unas máquinas de programación. A mayores, en unos armarios que teníamos, había unos taladros de batería y sacaron los taladros y dejaron las cajas, así que solo nos dimos cuenta cuando fuimos a echar mano de ellos», lamenta el gerente de la empresa.
Un buen golpe económico
Todo eso fue lo que se llevaron los ladrones, «junto a una navaja de propaganda», añade con un punto de sorna Centeno, que calcula las pérdidas en unos 6.000 euros «más el destrozo de la puerta y del cuadro eléctrico, que habría que cambiarlo». El asunto le saldrá por un buen montante, a la espera de lo que puedan determinar los seguros y del avance de las investigaciones.
Cabe destacar que dentro del despacho y de la nave había otros elementos de valor que los ladrones prefirieron no tocar, un asunto que desconcierta al responsable de la empresa, que agradece el hecho de no tener dinero en metálico dentro de la nave. Ni en ese momento ni nunca.

Más allá de eso, el responsable del negocio señala que «lo peor son los datos en los ordenadores, el trastorno que preparan estas cosas» y, claro está, «el disgusto». «Es demasiado poco para lo que podrían haber hecho», asegura Centeno, cuya empresa se dedica principalmente a la publicidad exterior: rotulaciones y vallas publicitarias.
Otros negocios del entorno consultados por Enfoque prefieren no entrar a valorar los daños, aunque resulta evidente que el paso de los ladrones ha hecho mella en las empresas de esta parte del polígono y también de la segunda fase, donde se produjeron asaltos esa misma noche.