Los castaños, fresnos, rebollos e incluso algún nogal cubrirán parte de la extensísima zona quemada en la Sierra de la Culebra, cerca de 60.000 hectáreas que fueron pasto de las llamas en el verano del año 2022. Son especies con la que la Junta de Castilla y León pretende hacer el bosque más resistente ante posibles futuros incendios. Se tratará de que la sierra no sea una masa arbolada tan homogénea como lo era hasta hace unos meses, cubierta principalmente por pino piñonero, lo que favoreció la extensión y la rapidez con la que se propagaron las llamas.
Estos arboles se intercalarán con los pinos y se plantarán en zonas de menor densidad de masa arbolada, atendiendo también a la necesaria prevención del monte. El plan tratará de aprovechar vaguadas y zonas más húmedas para reducir de forma más decidida la masa arbolada y ayudar a sofocar las llamas en caso de que vuelvan a producirse.
El plan de reforestación conlleva también el dimensionado de las zonas de «pino pinaster», que están volviendo a brotar por sus propios medios y donde, lejos de plantar, habrá que reducir la presencia de árboles para conseguir, dentro de veinte o treinta años, cuando los árboles puedan asemejarse a lo que fueron, un bosque más dimensionado.
La extracción de la madera
El plan de reforestación comenzará en la primavera, una vez se hayan sacado de la zona los árboles quemados y cortados. La gravedad de los incendios de 2022 ha obligado a la Junta a un esfuerzo «sin precedentes» para sacar y subastar la madera quemada. Un plazo que se ha tenido que ampliar varias veces y que lo hará otra vez, pues concluía el domingo y en la zona aún se ven arboles apilados esperando su turno para ser cargados en el camión y amplias zonas de troncos aún por cortar.
La madera sacada más recientemente, en peor estado, tiene «peor venta», lo que está ralentizando el proceso. Los plazos para sacarla, que concluían el 31 de diciembre, se ampliarán un mínimo de un trimestre más. Hasta la fecha, han salido de La Culebra 1,2 millones de metros cúbicos de madera, el ochenta por ciento del total arrasado por las llamas. Se espera que toda la madera esté fuera en el primer trimestre y que, en caso de que haya que volver a ampliar los plazos, se haga ya en zonas puntuales.