A finales del año 2022, Leticia García Sánchez asumió el cargo de delegada territorial de la Junta de Castilla y León en la provincia. Curtida previamente como jefa de servicio de Industria, y tras conocer la política autonómica desde un escaño en las Cortes, la exconcejala de Morales del Vino sustituyó a Clara San Damián, que había vivido una etapa extremadamente compleja por el impacto de la pandemia y la crisis de los incendios. La responsable actual también ha tenido que lidiar con problemas recurrentes, como representante de un Gobierno autonómico con muchas funciones.
– La Junta tiene un abanico competencial amplísimo y muchas veces le toca explicar las decisiones políticas que se toman lejos de su despacho, desde las consejerías. ¿Cómo gestiona esa particularidad vinculada a su cargo?
– La verdad es que es un puesto complicado, pero no por lo decisorio, sino por el nivel competencial. Prácticamente, si quitas Justicia y Seguridad, la Junta lo engloba todo y es el sitio donde acude todo el mundo. Ya conocía esa dificultad, pero tenemos la necesidad de llegar a cada asunto. Es verdad que las políticas se deciden en el Consejo de Gobierno, pero en mi caso tengo máxima información y hay una comunicación diaria y constante. No me veo tan alejada de las decisiones y eso es importante, porque aportamos las necesidades que vemos. Yo entiendo mi papel como una defensa de los intereses de los zamoranos y eso es lo que les traslado a los consejeros. A veces, parece que se toman las decisiones muy lejos, pero no es así. Todo se habla, se dialoga y se comunica.
– También hay una particularidad en este Gobierno, y es que no solo está el Partido Popular, al que usted pertenece, sino que también aparece Vox. En esta misma delegación, presenció una escena en la que el vicepresidente de la Junta trató de explicar sus polémicas declaraciones sobre el aborto a principios de año. ¿Hasta qué punto está cómoda con un partido distinto al suyo, con competencias en Agricultura o en Industria?
– Creo que al final lo que importa en la vida son los resultados de las políticas. A veces, en los medios, en la sociedad, nos quedamos con declaraciones, con cuestiones en las que quizá se va buscando el amarillismo de la noticia, y yo creo que, en el tiempo que llevamos con este Gobierno de coalición, ha habido resultados. A mí me mueve que la gente tenga el mayor bienestar posible en lo que respecta a las competencias de la Junta. Aquí no ha habido ningún retroceso en nada, sino todo lo contrario. Se va ampliando el marco de derechos, el económico y el social. No hay ninguna distorsión por el hecho de que seamos dos partidos diferentes. Es verdad que lo somos. Vox es un partido con unas ideas y el PP con otras, pero formamos una coalición de Gobierno que mira por el interés de los ciudadanos. Lo importante es el día a día, que vayamos disminuyendo el paro, que tengamos excelencia en educación y que prestemos la mejor asistencia sanitaria posible.
– En el día a día de 2024, Zamora confía en ver avances en el parque tecnológico. ¿Qué plazos se manejan para la firma del convenio con la Diputación y cuántos puestos de trabajo va a generar?
– Yo soy muy prudente con los plazos, porque a veces hay imponderables que no te permiten asegurar al 100%, pero una vez esté firmado el convenio se pondrán en marcha dos centros diferentes dentro del mismo parque tecnológico: el hub de cuidados para la persona, en el que una empresa como Cartif ya va a fabricar andadores inteligentes; y luego el hub tecnológico, que se refiere a inteligencia artificial, a espacios de datos, aceleradores de empresas y demás. El primero serán 12 o 13 personas y el segundo 20 o 25. A lo largo del primer semestre de 2024, ya los podremos ver trabajando. Una vez esté firmado el convenio, que lleva sus tiempos. El espacio pertenece a la Diputación y hay que fijar las obligaciones de cada parte.
«El hub de cuidados dará trabajo a unas 12 o 13 personas y el tecnológico, a 20 o 25 a lo largo del primer semestre de 2024»
– ¿Ha habido que corregir mucho el rumbo en relación a lo que tenía planteado el anterior presidente de la Diputación?
– Yo creo que sí se ha corregido. El hecho de que la Junta se haya hecho cargo del proyecto le ha dado una amplitud que ya estamos viendo. Como ha dicho el presidente de la Diputación, no había empresas tan interesadas o no tenían el empaque suficiente. La Junta tiene un bagaje tecnológico y de los cuidados ya acumulado de años atrás. Que se haga cargo de estas instalaciones provoca un cambio de rumbo a mejor, porque ahora ya son una realidad. En muy poco tiempo, hemos visto que vamos a tener empresas trabajando ahí. De otra manera, estaba fiado muy a la larga.
– Aun con la Junta al mando, ¿Zamora va a ser el eje de todas estas actuaciones?
– Completamente. En eso no se puede tener ninguna duda. Zamora tiene un potencial muy importante en esta materia y, por desgracia, porque tenemos una población envejecida. Pero es que la provincia es un centro de atracción perfecto para este tipo de inversiones.
– Este va a ser un centro pequeño. Más grande va a ser el polígono Zamora Norte. ¿Tiene capacidad la ciudad para atraer el número de empresas previsto para llenar esa zona industrial?
– El polígono está diseñado precisamente para que tenga esa capacidad. Es un desarrollo estudiado desde el punto de vista verde, del abastecimiento y la depuración de aguas, que además viene a solucionar un problema que tenía la zona. Está situado en un punto estratégico desde el punto de vista de los transportes y son 800.000 metros cuadrados que dan cabida a las empresas que se quieran instalar en él. Es perfectamente viable. Se está redactando el proyecto para agilizar los trámites y la idea, como ya dijo el presidente Mañueco, es que en 14 meses podamos ver máquinas trabajando. La parte más difícil siempre es la titularidad del suelo y hacen falta unos plazos garantistas. Luego, la propia infraestructura es compleja, pero la asume el Somacyl y eso se va a resolver con agilidad.
– ¿Hay alguna empresa ya interesada en instalarse?
– Estamos en la fase de captación de empresas. Zamora estaba carente de suelo industrial, así que lo primero es poner ese recurso a disposición de los negocios que quieran venir. La segunda fase es esa búsqueda. Hemos tenido contactos con la Cámara de Comercio, que se ha mostrado dispuesta a ayudarnos con la tarea de captación. Siempre en estos casos, cuando hay una empresa tractora, van animándose más. Lo hemos visto en Villabrázaro con Losán, que inició, y ahora tenemos Latem Aluminium.
«Con Zamora Norte, estamos en la fase de captación de empresas»
– ¿Se ha producido un primer contacto con alguna de esas empresas tractoras?
– Bueno, ahora tenemos un abanico muy amplio. No tenemos una sola, ni dos ni tres. Todo está muy incipiente, pero tenemos margen, porque el cálculo es que la primera máquina esté allí en 14 meses.
– En el Puerta del Noroeste de Benavente, se comentó que la fase de expropiaciones debería haber concluido este año. ¿Cómo avanza?
– Yo ahí no puedo dar plazos concretos, porque ya es el Ayuntamiento el competente en toda la parte urbanística. Por lo que he hablado con la alcaldesa, parece que va todo en marcha. Este centro logístico era muy necesario. Ahora estamos buscando otros refuerzos en la provincia de Zamora, porque prácticamente Benavente y comarca empiezan a caminar solas por el esfuerzo que ha hecho la Junta. Ya es un nudo logístico muy importante y, sin dejar de lado las ayudas, hay que centrar los esfuerzos en otras partes de la provincia.
– Con el tema del plan de La Raya, Mañueco prometió 40 millones de euros en cinco años para las zonas fronterizas de Zamora y Salamanca. De momento, lo único que hay es el anuncio de un centro de innovación social en Puebla. ¿En qué va a consistir ese recurso y cuándo podrá haber resultados reales para empezar a invertir el dinero comprometido?
– Creo que este momento es clave. Estos centros van a ser captadores de proyectos, van a realizar los estudios y hay que evaluar muy bien la zona. Los millones de los que se habla no pueden ser un cheque en blanco que no suponga eficacia. Hay que estudiar concretamente las necesidades y para eso van a servir estos centros, para entender la realidad sobre el territorio. Siempre vamos recopilando información con los alcaldes y espero que en 2024 veamos resultados de estos trabajos previos. Hay que ir focalizando necesidades específicas, porque una provincia como Zamora está claro que tiene urgencias muy diferentes en unas zonas y otras. Hay que centrar qué se precisa y a partir de ahí hacer las inversiones correspondientes.
«Los millones del plan para La Raya no pueden ser un cheque en blanco»
– En esto, aparte de las iniciativas privadas, también hay parte de inversión pública. En el caso de la carretera entre Braganza y Puebla de Sanabria, las administraciones tienden a tirarse la pelota unas a otras. ¿La Junta asume la responsabilidad de hacer esa obra?
– No me gusta hablar de echar culpas; yo me refiero a echar las competencias a otras administraciones. En este caso, con la variante internacional, se necesita la colaboración del Gobierno de España. Hace falta que se soliciten los fondos europeos para esa parte. Luego, las siguientes infraestructuras corresponden a la Junta e irán llegando. Es verdad que son necesarias y que es muy importante contar con buenas carreteras si hacemos un proyecto de revitalización de la zona.
– ¿La Junta esperará a que el Gobierno dé el paso y active su parte de la obra antes de ejecutar la que le toca?
– Efectivamente, es lo que estamos esperando para hacer nuestra infraestructura, porque carecería de sentido no rematarla. Estamos pendientes de eso. La Junta tiene que hacer ese esfuerzo y llegará, esperemos, más pronto que tarde.
Braganza – Puebla: «Con la variante internacional, se necesita la colaboración del Gobierno de España y luego la Junta tendrá que hacer su esfuerzo»
– ¿Ha echado en falta que el Gobierno de la Junta hiciera un esfuerzo mayor, en los últimos años, por acercarse a Portugal?
– Cuando estás justo en La Raya, ves lo importantes que son los intereses compartidos. Yo creo que sí se está haciendo un esfuerzo. Es verdad que en ocasiones nos puede parecer poco, pero pienso que justamente ahora estamos en la línea de reforzar la cooperación transfronteriza. Se va viendo en distintos ámbitos transversales. Por ejemplo, en materia ganadera o contra incendios, donde colaboramos muy a diario. La Junta tiene muy claro que hay muchos aspectos del día a día que hay que reforzar, y tiene que crecer esa cooperación.
– ¿Qué pueden esperar los territorios rayanos de la nueva ley contra la despoblación que prepara la Junta? ¿Cabe algún tipo de medida económica o fiscal?
– Se habla mucho de fiscalidad diferenciada y ya hay una petición de la Consejería de Economía y Hacienda para la zona transfronteriza de Zamora y Salamanca. Castilla y León ya la aplica en sus tributos para las zonas rurales en general, pero las ayudas al funcionamiento de las empresas las tiene que permitir la Unión Europea. Se ha pedido esa excepción, porque Zamora cumple la pérdida de población en la última década. Harían falta ese tipo de ayudas y sería interesante que el Gobierno de España lo peleara.
– En lo que tiene que ver con la ley autonómica, ¿qué va a poder sacar Zamora?
– Yo ahora mismo no me atrevo a avanzar más sobre la norma. Pero evidentemente la situación demográfica de Zamora tiene que tener peso.
– En el tema del desarrollo del medio rural, entiendo que a esta Delegación Territorial le están dando mucho dolor de cabeza los macroparques de renovables que pretenden implantarse en la provincia. ¿Cómo ve los conflictos de intereses que se generan y qué soluciones vislumbra?
– Aquí creo que, a veces, no comunicamos lo suficientemente bien las cosas y esto requeriría de un monográfico. En materia de renovables se da una paradoja. Ayer (por la semana pasada), en una reunión que tuvimos con los alcaldes de la Sierra de la Culebra, todos querían que se excepcionaran las zonas naturales para poder instalar energías renovables en sus municipios. Cuando hay un desarrollo económico importante, siempre surgen conflictos por los distintos intereses, esto es así. Pero sí que hay una cosa que insisto en dejar clara: las renovables no se pueden colocar donde uno quiera; hay que cumplir con una infraestructura y con una planificación que depende del Estado. Y los nudos de conexión están donde están. Además, es importante subrayar que la legislación es muy restrictiva. Pasa mucho tiempo desde que una empresa registra su proyecto hasta que obtiene autorización, si la logra. Se dice que nos van a inundar de placas la provincia, pero no llegaría al 0,1% del suelo provincial si se llevaran a término todos los proyectos. Esa es la realidad. Una cosa es lo que parece y otra la que es. Es un proceso muy garantista y, si añadimos el decreto del 22 para excluir zonas como regadíos, más aún. Luego escucho que se están expropiando terrenos para poner placas en parcelas de gente que quería destinarlas a la agricultura. Lo que ocurre es que las empresas siempre intentan llegar acuerdos y, en la mayoría de los casos, lo logran. Ahora solo se están materializando cinco expropiaciones en parcelas de secano. El resto son para líneas. Pero no le van a expropiar a un agricultor su terreno para poner placas, ese no es un mensaje real. Cunde un alarmismo social, la norma lo permite, pero la realidad es la que es. A veces parece que la Junta va expropiando terrenos y no es así.
«Se dice que nos van a inundar Zamora de placas, pero no llegaría al 0,1% del suelo provincial si se llevaran a término todos los proyectos»
– Hay un par de vecinos de Tábara que parece que sí han visto cerca la expropiación de tierras que querían cultivar. Ellos transmiten la indefensión. ¿Existe alguna manera de controlar esa situación?
– En Tábara, las empresas se han retirado de esas zonas cultivables por su propia iniciativa. La Junta tiene las herramientas de las alegaciones, de las informaciones públicas. Esos expedientes llevan varias autorizaciones y todo el mundo puede alegar. Se tiene en cuenta y las garantías son máximas. El mutuo acuerdo siempre es el primer paso y, de los años que llevamos, que hablemos de cinco parcelas para expropiación nos da idea de la realidad. Es importante que esta información llegue a los vecinos para que sepan que, hasta llegar a la expropiación, hay un procedimiento muy garantista que tienen que conocer. No hay ningún problema con que vengan a preguntarnos. El servicio territorial de Industria puede contarles cuáles son sus derechos. La expropiación es posible, pero la experiencia nos dice que las empresas llegan a muchos acuerdos. Me gustaría dejar claro que la Junta simplemente aplica la norma con las máximas garantías.
– La Sanidad es otro tema muy sensible para la gente. En Tábara y Sayago está habiendo movilizaciones todos los sábados. ¿Cree que están justificadas y ve margen para que la Junta mejore la atención?
– ¿Están justificadas? Es muy legítimo que la gente se manifieste. Yo creo que, cuando hablamos de la salud de las personas, es aún más legítimo porque es lo más sensible que tenemos y lo comprendo perfectamente. Lo que sí me gustaría es hacer la reflexión de que estas manifestaciones van dirigidas contra la Junta de Castilla y León, cuando esta lo que hace es organizar los medios de los que dispone. Tenemos muy pocos médicos en toda España, es un problema de Estado y se necesita un pacto a nivel nacional. Todas las comunidades tienen esta dificultad. Cada día trabajamos por prestar la atención sanitaria de la mejor manera posible y lo hacemos con los efectivos que tenemos. Pero claro, estamos pidiendo que el Ministerio de Sanidad nos dote de médicos. Nosotros contratamos, pero tiene que haber. Hablamos de mecanismos como una convocatoria extraordinaria MIR, que se baje la nota de corte de ese examen, que los sistemas de elección de plazas sean más cómodos, que se homologuen los 50.000 títulos pendientes… A todo se ha dicho no y tenemos una falta de médicos que la Junta no puede solucionar. Luego hay que ver cómo es nuestra comunidad. Hay que llegar a pueblos con personas mayores y con muy poca población. Por eso se ha articulado el sistema de la cita previa en las localidades con menos de 50 tarjetas, para que los médicos valoren lo que deben hacer en función de las necesidades. Con los recursos que tenemos, hacemos lo que podemos.
– ¿No es realista pensar que se recupere la consulta periódica en los pueblos con menos de 50 tarjetas?
– Yo entiendo que la población está envejecida, que se encuentran en su pueblo y estaban acostumbrados a poder ir al médico. Cuando había médicos suficientes podíamos tenerlos en una consulta esperando a que llegaran los pacientes, pero la situación real ahora no es esta. Se trata de que los que tenemos presten la mejor asistencia posible. Esa organización que hacen los coordinadores está pensada para eso.