Arcenillas lleva ya más de dos meses sin que sus vecinos puedan usar el agua del grifo para beber o cocinar. Un problema que se ha alargado demasiado y que, según la alcaldesa del pueblo, Jennifer Fernández, está ya cerca de resolverse. En el pueblo el consumo de agua está prohibido desde el pasado 27 de octubre ya que existe una elevada cantidad de fluoruros. El parámetro incumplido sitúa la concentración de fluoruros por encima de los dos miligramos por litro de agua, cuando la OMS recomienda que su nivel esté por debajo de 1,5.
La situación obliga al Ayuntamiento a reparar la depuradora de agua, una obra que, según indican desde el Consistorio, está ya aprobada y cuenta con un presupuesto de unos 13.000 euros para su realización. Así las cosas, los vecinos están ya esperando a la realización de los trabajos, que (cosa típica en estas fechas) se han ralentizado.
Arcenillas va a llevar a cabo esta obra mientras espera que culminen las obras de canalización de agua que tendrán que llevar a la localidad el suministro desde Zamora capital. La obra costará cerca de dos millones de euros y dará servicio a unas 9.000 personas del alfoz de la ciudad, entre ellas las 400 residentes en Arcenillas. El noventa por ciento de la obra está financiado por la Diputación y la Junta, a partes iguales, y el resto se lo reparten entre los ayuntamientos a los que da servicio.
Potabilizadora portátil
Los vecinos pueden usar desde hace dos meses una potabilizadora portátil instalada junto a la grande por parte de la Diputación de Zamora. Aquí se puede desplazar cualquiera y llenar garrafas de agua para su consumo. Hay una en el pueblo, lo que hace que mucha gente opte por traer el agua directamente del supermercado y no andar cargando con ella.
Los problemas de los fluoruros
El flúor en el agua, según la OMS, tiene efectos tanto beneficiosos como perjudiciales para el ser humano. Los problemas principales hay que buscarlos en los dientes y en los huesos. Las investigaciones muestran que, como resultado de un exceso de flúor en el agua, el consumidor puede presentar problemas en los dientes, en forma de manchas, u osteoporosis. Estos problemas hacen que el agua no sea apta para el consumo ni para cocinar, ya que las altas temperaturas no logran reducir los niveles.