El Ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza sigue «sin solución» para el corte telefónico que mantiene al pueblo sin fijo ni Internet desde el pasado miércoles, cuando Telefónica ejecutó la interrupción definitiva de la línea de cobre. Se trata de un movimiento idéntico al que mantiene aislada a la localidad de Bermillo de Alba desde el 30 de noviembre.
El alcalde del municipio alistano, Fernando González, ha confirmado a este medio que no ha habido ningún movimiento satisfactorio en estos días para aliviar a un pueblo donde, al igual que en el citado caso de Bermillo, apenas hay cobertura móvil, por lo que los vecinos se encuentran incomunicados en sus propias casas.
Ante esta coyuntura, el alcalde no ha confirmado qué ocurrirá con los servicios municipales, habida cuenta de que el ayuntamiento permanece cerrado desde el jueves ante la imposibilidad de realizar trámite alguno, como indicó el propio González al dar a conocer la noticia a los medios de comunicación.
«Una vergüenza en pleno siglo XXI»
«Me veo en la obligación de cerrar el ayuntamiento porque no se puede hacer nada. Es una vergüenza que en el siglo XXI nos encontremos en esta situación», anunció el día 21 González que acusó a Telefónica a y a las autoridades nacionales de reírse «vil y miserablemente» de la gente de los pueblos:
«Quieren acabar con los pocos habitantes que quedamos en el medio rural», señaló el alcalde de San Vicente de la Cabeza, que dijo sentirse «muy cabreado, muy enfadado y muy indignado».
Hay que recordar que cortes como estos dos que han afectado a las citadas localidades de Zamora están previstos para dar paso a la fibra. Lo que sucede es que Telefónica los está llevando a cabo sin que esa alternativa haya llegado previamente, lo que abre un paréntesis indeterminado de carencia para los afectados.
Ante este panorama, Fernando González ya subrayó, horas después de su primera intervención ante la prensa, que tenía la intención de abrir el camino hacia la denuncia a Telefónica por unas presuntas responsabilidades legales. Todo, desde la óptica de que la ley dicta que el teléfono fijo es un derecho de los ciudadanos vivan donde vivan.