En un pestañeo, Javier Faúndez está a punto de cumplir seis meses como presidente de la Diputación. El alcalde de Trabazos llegó al cargo de manera inopinada, pero dispuesto a invadir con su carácter pragmático toda la acción del equipo de Gobierno monocolor del Partido Popular. En sus primeras semanas, despachó el asunto de las trabajadoras de la limpieza y de los bomberos, y dejó un mensaje claro: a estas alturas no busca el adorno, quiere resolver.
– En su discurso de investidura, usted aludió a la necesidad de que Zamora se convirtiera en una provincia más habitable. ¿Qué pasos se han dado en estos seis meses para conseguirlo?
– Esos objetivos lógicamente se logran con un trabajo coordinado de todas las administraciones. Yo ya he dicho en múltiples escenarios que cada administración tiene su ámbito competencial y, dentro de él, tenemos que cumplir nuestros deberes. Desde la Diputación tenemos que garantizar los mejores servicios para la provincia y estamos trabajando en frentes tan importantes como el abastecimiento, las carreteras, las obras de las instalaciones deportivas o culturales y, en definitiva, en todos los proyectos que hacen mejor la vida de las personas que viven en los pueblos.
– Al hilo de lo que es la gestión, ha deslizado durante esta primera etapa de su mandato que no está demasiado contento con la herencia de su predecesor. ¿Qué ha tenido que cambiar que no le gustaba?
– A mí me gusta hablar poco de lo de atrás, porque si hablas solo de las herencias al final estás gastando el tiempo en cosas improductivas, y realmente tenemos mucho trabajo por delante para estos cuatro años. Ha habido escenarios que no nos gustaban y los hemos corregido. Por ejemplo, con el colectivo de los bomberos, con el que hemos resuelto el conflicto desde la normalidad. Es decir, sentándonos a hablar, a dialogar y tomando medidas de calado para mejorar un servicio fundamental. Ha sido un frente que hemos tenido que abordar, como estamos haciendo con el hub de la Aldehuela, con Ecobarcial, con Sodeza o con Ifeza. Hemos venido para tomar decisiones.
– En lo tocante a Ifeza, uno de los temas que se pretendía gestionar desde allí era el de los polígonos. ¿Qué han hecho desde su llegada para que las zonas industriales dejen de estar, como usted dijo tras su toma de posesión, «muertas de risa»?
– Esto lo ha llevado Sodeza, y ya hemos puesto las bases para que se liquide esa sociedad. Una vez ocurra, todo su patrimonio pasará a manos de la propia Diputación y lo pondremos operativo. En el caso de los polígonos se trata de que los municipios con suelo industrial tengan una oportunidad en las mejores condiciones. Estamos cerrando la fase administrativa y esperamos dar el penúltimo paso en el Pleno del 29 de diciembre para, en los primeros meses del año, dejar este frente completamente cerrado.
«Ahora es imposible que los polígonos puedan abrir, porque el suelo no está operativo»
– Mientras tanto, ¿es difícil avanzar con los polígonos?
– Es imposible que puedan abrir porque el suelo no está operativo. Por eso nos hemos puesto manos a la obra para finalizar el proceso de liquidación que se inició en el pasado mandato.
– El desarrollo industrial de la provincia también pasa por el Puerta del Noroeste. La Diputación va a aportar dos millones para el proyecto en 2024 y otro millón más en el 25. ¿Para qué va a servir ese dinero?
– Dentro de la iniciativa industrial hay decisiones importantes que se han tomado en la Diputación. Algunas en el anterior mandato y otras que tienen continuidad en este. Estamos hablando de un millón de euros en el polígono de San Cristóbal de Entreviñas y de una ayuda para la primera fase del polígono industrial de Trabazos, que va a ser una realidad. Después estamos hablando del Puerta del Noroeste, que hasta ahora eran voluntades y ahora ya va reflejada una partida en el presupuesto. Son dos millones en esta anualidad y un millón en la próxima para que este polígono sea una realidad y pueda impulsar la comarca de Benavente y Los Valles. Lógicamente, el Ayuntamiento es el primer interesado, porque es una apuesta para dinamizar el territorio.
– En el tema del parque tecnológico, ¿cuál es el escenario y en qué va a consistir el convenio que se va a firmar con la Junta de Castilla y León?
– La del parque tecnológico es una apuesta combinada y una respuesta de la Junta y de la Diputación para dinamizar un espacio que se encontró este equipo de Gobierno. Nos topamos con unas instalaciones en las que la Diputación invirtió una cantidad importante de dinero, pero que estaban prácticamente sin contenido. Una de nuestras primeras gestiones fue preguntar a los técnicos cuántas empresas estaban interesadas en esos espacios. Inicialmente se nos comunicó que cuatro, finalmente ha sido una y lógicamente teníamos que tomar decisiones. Tenemos un marco fluido de colaboración con la Junta, hemos abordado este frente y aterrizarán en Zamora, en ese hub tecnológico, empresas de gran calado que van a traer talento a Zamora en un sector estratégico como el de la «silver». En cuanto al convenio, estamos ultimando todos los trámites y detalles, que no son fáciles. Me imagino que lanzaremos el proyecto de forma efectiva en la primera quincena de enero.
«Me imagino que lanzaremos el proyecto del parque tecnológico de forma efectiva en la primera quincena de enero«
– ¿Cuántos puestos de trabajo puede generar el parque tecnológico durante el próximo año?
– Esos datos los tiene la delegada, que cuenta con más información. Nosotros tenemos unas instalaciones de primer nivel, tienen que tener contenido y uso y generar riqueza y emprendimiento, pero va a ser la Junta quien tutele ese proyecto en el marco de colaboración del que hablaba.
– ¿Zamora puede ser el referente internacional de la «silver economy» o es una perspectiva demasiado ambiciosa?
– Puede ser y estoy convencido de que lo va a ser. Tenemos que tener en cuenta que, en servicios sociales, somos líderes a nivel nacional en Castilla y León. Ese liderazgo también se va a ejercer con la presencia de este centro en Zamora, donde se van a gestar proyectos que van a mejorar la vida de las personas en la comunidad y en toda España. Son empresas de ámbito nacional e internacional.
– Para el desarrollo de la tecnología hacen falta conexiones. Solo en este mes hemos visto un par de casos de problemas del servicio telefónico y televisivo. No es el ámbito competencial de la Diputación, ¿pero qué se puede hacer para exigir a las administraciones superiores que estas cosas no ocurran?
– Cada administración tiene su ámbito competencial. Si alguna de ellas no resuelve los problemas que tiene en encomienda, al final la provincia se resiente. Estamos viendo el caso sangrante de Bermillo de Alba (la entrevista se realizó antes de que se diera el caso de San Vicente de la Cabeza). Uno de los grandes problemas ha sido ignorar a los alcaldes y hacer una portabilidad de la telefonía fija sin haber resuelto el problema de la instalación de fibra. Tengo que agradecer al Ayuntamiento y a los colectivos que haya teléfonos vía satélite, pero esto con comunicación no se tendría que haber producido.
«El caso de Bermillo de Alba es sangrante y ha evidenciado un problema de comunicación y que se ignora a los alcaldes»
– En sus primeras palabras como presidente, usted mostró su intención de ser reivindicativo con las instituciones superiores, particularmente con la Subdelegación. ¿Cree que debe haber más presión desde la sociedad civil por asuntos como la fiscalidad diferenciada, Monte la Reina o la A-11?
– Es curioso. Nosotros hemos llevado al Pleno de la Diputación, con consenso institucional, temas tan importantes como el de la fiscalidad diferenciada. Hemos mandado cartas al ministerio correspondiente y, a día de hoy, aunque entiendo que hemos estado en un proceso de formación de Gobierno, no tenemos ningún tipo de noticia. Igual que le hemos transmitido por carta a Adif y a Renfe la problemática de los trenes y no hemos recibido respuesta. Con la N-122 me sorprende, y alguien tiene que dar explicaciones, por qué el ministro pasa una información completamente diferente a la que habían dado su predecesora y el subdelegado. De la noche a la mañana, no se puede pasar de claro a oscuro. La falta de voluntad está ahí. Con este mensaje anticipan lo que va a pasar con los futuros Presupuestos Generales del Estado. Se meterá alguna partida para decir que se siguen redactando proyectos, pero no hay certezas. El tema de la circunvalación de Alcañices es sangrante y tiene que ser algo que se aborde con urgencia. Una autovía no se hace de la noche a la mañana, pero llevamos muchas horas sesteando.
– Dentro de los pueblos, los macroparques de energías renovables están provocando ciertos conflictos vecinales. ¿Es una solución para Zamora o una problemática dañina para el campo?
– ¿Producir energías renovables es bueno? Sí, evidentemente. Si las consumiéramos aquí sería infinitamente mejor. Esta problemática es un conflicto de intereses. Aparece el propietario que tiene una finca en alquiler para la agricultura y llega una empresa que ofrece un dinero al que no llega el agricultor. De todas formas, la Junta ya corrigió parte del problema en Tábara, donde se iban a utilizar parcelas de regadío. Yo tengo que decir que la provincia tiene muchas parcelas de monte sin valor natural, donde se pueden instalar energías renovables sin perjudicar al sector agrario. Si no, dentro de unos años nos podemos encontrar un escenario donde esté todo lleno de placas, pero no tendremos agricultores ni personas que vivan en los pueblos. Aun así, tengo que reconocer que esas instalaciones generan ingresos importantes para algunos ayuntamientos.
– ¿Con el agua qué está pasando? ¿Las macrogranjas forman parte de los problemas que se están detectando en algunos pueblos?
– La provincia es muy grande y están apareciendo problemas en pueblos donde no hay macrogranjas. La contaminación del agua, en el 99,9% de los casos, viene por minerales que están en el suelo. Además, hay un Real Decreto que rebaja los umbrales de la contaminación. En el momento en el que eso se reduce, hay aguas que eran aptas y que pasan a ser aptas con disconformidad o no aptas. No pasa nada. Llega la Diputación, instala unas potabilizadoras compactas y prefabricadas, y se resuelve el problema. Luego, eso requiere de un mantenimiento que tienen que efectuar los ayuntamientos. Pero también hay otro frente importante. Tenemos que terminar con la renovación de la red de tuberías de la provincia, porque se están perdiendo millones de metros cúbicos de un bien escaso. Yo también les pido a los alcaldes que tomen las riendas para luchar contra el fraude en el consumo del agua.
– Da la sensación de que arreglar el problema del agua es una de sus grandes prioridades para el mandato.
– La problemática del agua es la que más nos plantean los alcaldes cuando vienen a la Diputación. El agua es fundamental, sin agua no hay vida en los pueblos, no se crean industrias. También estamos trabajando en la depuración y tenemos que seguir actuando por sentido común y responsabilidad.
«La red de carreteras estará completamente nueva antes de que acabe el mandato»
– Los alcaldes también se quejan de las carreteras que no están en el estado que deberían. ¿Cuáles son las que prevén arreglar en el próximo ejercicio?
– Se quejan cada vez menos, porque hemos invertido mucho dinero en carreteras. Se hizo un trabajo muy serio y muy firme por parte de José María Barrios. Además, hemos habilitado el contrato de conservación, que aparte de las reparaciones y el mantenimiento, también sirve para hacer obras. En 2023, hicimos 57 kilómetros de carreteras y actuamos en 14 vías de la provincia de forma rápida. La red provincial estará completamente nueva antes de que acabe el mandato.
– Lo que dejó claro en la rueda de prensa reciente con el alcalde de Almaraz es que la Diputación no va a intervenir de ese modo en los caminos.
– La Diputación es una herramienta fundamental y es el apoyo que tienen los vecinos de la provincia. Pero últimamente ya, cuando estamos en el Consejo de Alcaldes, nos preguntan o nos quieren implicar en temas que son competencia de la Junta o del Gobierno de España. En el tema de caminos yo he sido tremendamente claro porque no me gusta engañar a nadie. Nosotros tenemos una red de carreteras de 1.600 kilómetros en la que estamos trabajando, y esa es la red que va a quedar en orden, independientemente de que puedan surgir trabajos de mejora. En los caminos, probablemente son otras administraciones las que se tienen que implicar. Son unos 1.000 kilómetros y, si abriéramos ese saco, comprometeríamos el presupuesto para nueve o diez años. A los concejales de Almaraz se lo transmití: carretera sí, y empezaremos en marzo o en abril a trabajar con ella, pero camino no. Nuestro presupuesto para 2024 va a ser de 87 millones, no de 800.
– En las actuaciones que sí tienen que ejecutar, en este caso en Zamora capital, ¿cuáles son los plazos para la obra de las humedades y para la adjudicación del nuevo contrato del Ramos Carrión? El anterior diputado de Cultura, Jesús María Prada, advirtió ya en su día de que era algo farragoso.
– En cuanto a la obra, ya se aprobó en el Pleno la incorporación de 169.000 euros para acometerla con cargo a remanentes y pasará en breve al servicio de Contratación. Hay unos plazos administrativos que no nos podemos sacar de delante, que muchas veces los ciudadanos no los entienden, pero que existen. Esperemos que antes de verano sea una realidad. En cuanto al contrato, sí es verdad que es farragoso, pero tenemos que abordarlo porque está caducado. Queremos que el nuevo nos cueste menos y que implique calidad en la programación y las mejores condiciones de uso de las instalaciones para la Diputación. Querríamos mover ficha ya en enero, y así se lo he transmitido al diputado responsable, Víctor López de la Parte, para que nos dediquemos, aunque sea en exclusiva, a eso.
«Con el nuevo contrato del Ramos Carrión, queremos mover ficha en enero»
– ¿Se aprovechará el nuevo contrato para coordinar la programación con el Teatro Principal o, al menos, para establecer una relación fluida?
– El propio diputado ha tenido esas conversaciones con el Ayuntamiento de Zamora pero, a día de hoy, nadie nos ha dicho ni sí ni no o si mediopensionista. Pero nosotros como institución tenemos que tomar decisiones. Si llegado el momento, en enero, nadie nos ha comunicado nada, tiraremos adelante, porque no podemos tener en ese estado de precariedad la programación de actividades en el teatro.
– ¿En el Colegio Universitario qué se va a hacer?
– En primer lugar, hemos habilitado una partida para cambiar la cubierta, que tiene un deterioro importante, igual que en el colegio del Tránsito. Tenemos que conservar nuestro patrimonio, que es también el de nuestros alcaldes y nuestros ayuntamientos.
– Hablando de los alcaldes, algunos de ellos se han quejado de que el dinero no siempre llega de forma proporcional a los anejos que deben gestionar determinados ayuntamientos. Usted, como alcalde de Trabazos, está afectado por esta situación. ¿Comparte ese punto de vista?
– Nosotros hemos aplicado, y se lo digo como alcalde afectado, medidas correctoras para beneficiar a los anejos, independientemente de que yo siempre he dicho que estoy muy feliz con los pueblos que tengo, pero si tuviese toda la población en un solo núcleo estaría infinitamente más feliz. Este es un problema que no es solo de la Diputación, sino de financiación pública. En el dinero que recibimos todos los ayuntamientos por participación en los tributos del Estado, nunca se ha considerado la población dividida por núcleos. El 75% de la financiación es población y el otro 25%, esfuerzo fiscal. Pero no se tiene en cuenta eso. Y, en un ayuntamiento con cinco núcleos de población, tienes cinco consultorios médicos, cinco locales sociales, cinco redes de abastecimiento, cinco cementerios, cinco alumbrados… Lo digo en mi caso, pero hay otros que tienen nueve. Y hay un defecto importante en cuanto a la financiación. Nosotros en el plan municipal de obras metemos una cantidad por anejo. Nos pueden decir que es mejor o peor, pero reconocemos la dificultad para invertir en distintos núcleos y lo corregimos con esa variable en el factor corrector. Y en otras subvenciones también lo estamos haciendo.
«En el caso de los anejos, hay un problema importante de financiación pública; no se tiene en cuenta que son varios consultorios, varias redes de abastecimiento, de iluminación…»
– Con el tema de los secretarios, ¿se está solucionando el problema con la rapidez necesaria?
– Cuando te quedas sin secretario tienes una sensación de inseguridad, de que no puedes hacer nada. Esto ha pasado en muchos pueblos de la provincia y va a seguir pasando. A nosotros nos ha ocurrido en el servicio de Asistencia a Municipios. Afortunadamente, hemos repuesto los secretarios y nos queda por resolver la jefatura del servicio, que se solventará en breve. Pero lo he dicho en alguna ocasión, nos estamos haciendo trampas al solitario y nos estamos quitando los secretarios unos a otros. La Junta de Castilla y León ha hecho una labor importante con la bolsa, pero quien tiene que resolver esto es el Gobierno de España a través del Ministerio de la Función Pública. También hemos mandado una carta a la ministra, pero no nos han contestado. Ahora han salido las oposiciones con más de 600 plazas, pero el último examen lo han aprobado 235 personas, con lo cual seguimos con un atasco importante. Es el mismo caso que el escenario de la Sanidad.
– Al hilo de la Sanidad, ¿ve a la gente muy soliviantada con la presencia de médicos sin especialidad?
– Están soliviantadas algunas personas, en ocasiones con unos sesgos. En mi ayuntamiento ha estado trabajando un médico sin especialidad y, si hace una encuesta entre mis vecinos, le dirán que mejor este que no tener ninguno. Es un gran profesional que luego aprobó el MIR y que está en Salamanca. Este no es un problema de Zamora ni de Castilla y León. Muchas comunidades están tirando de este recurso, que no es el mejor, porque el ministerio no da respuesta al problema del relevo generacional. De todos modos, hace unos años los médicos salían de la universidad y se incorporaban al mercado laboral, y yo tengo sanidad privada porque soy funcionario de clases pasivas y muchas veces me atiende un médico sin especialidad.
– ¿Tiene razones entonces para quejarse de la Junta la población que se manifiesta los sábados en la provincia?
– Evidentemente, cuando una persona se manifiesta, tendrá sus razones para hacerlo. Yo no voy a entrar en eso. De hecho, yo he estado en alguna manifestación de la sanidad y no me acomplejo por ello. Todo lo contrario. Pero también hay que ver los escenarios. El Gobierno tiene que actuar para resolver un problema, que es la falta de médicos. Las convocatorias actuales son escasas y este problema se va a ir incrementando. A día de hoy, todas las comunidades andan captando lo que pueden, con gente que viene de otros países. La médico de Trabazos es dominicana y estamos felices y encantados con su trabajo, pero hay que resolver ese problema de arriba a abajo.
– Para terminar con el tema de Portugal, más allá del apoyo al AVE desde Oporto, ¿cómo está siendo la relación transfronteriza en este arranque del mandato?
– Yo tengo que decir que juego con un poco de ventaja, porque llevo muchísimos años teniendo muy buena relación, como ayuntamiento rayano, con los presidentes de las cámaras municipales. En primer lugar, se produjo una toma de contacto motivada por un proyecto que los líderes fronterizos estaban poniendo en la mesa, como es el de la alta velocidad ferroviaria. Hablamos de un un futuro muy lejano, porque nosotros este escenario lo vivimos hace más de 25 años, pero lógicamente ellos quieren que se tomen las decisiones políticas para dinamizar su territorio. Y eso ocurre con buenas infraestructuras. Nosotros recogimos el guante y aprobamos por unanimidad una moción en el Pleno. Aparte de esto, hemos hecho unas jornadas de colaboración para compartir información y captar fondos europeos, algo que podemos hacer con nuestra herramienta de la Fundación Rei Afonso Henriques, que va a tener ese cometido en los próximos cuatro años. Esto no se trata simplemente de darnos un abrazo, que nos lo daremos, sino también de resolver problemas y generar recursos para invertir en Zamora y en Portugal.