El 17 de julio de este año, bajo el fuerte sol de la canícula que golpeaba sobre el Puente de Piedra de Zamora, la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez, se comprometió a licitar las obras de la variante de Alcañices antes de que acabara el año 2023. Cinco meses y un día después, su sucesor, Óscar Puente, aseguró este lunes que todos los tramos de la A-11 entre la capital de la provincia y la frontera, salvo los dos kilómetros escasos de San Martín del Pedroso a La Raya, «están verdes, en pañales». Es más, algunas partes «no tienen ni siquiera estudio».
Entre una declaración y otra ha pasado poco tiempo, pero se han ido muchas esperanzas. El mensaje de Puente deja claro que no habrá autovía de Zamora a Portugal en el corto plazo, por lo que España seguirá incumpliendo el acuerdo que su propio Gobierno, con el mismo presidente a la cabeza, viene firmando con el país vecino en las sucesivas cumbres transfronterizas que se celebran en los dos Estados peninsulares.
Lamento, pero no sorpresa
Lejos de los lugares donde se toman estas decisiones, los alcaldes de los municipios por los que pasa la N-122 han recibido las declaraciones del ministro con un punto de decepción muy paliado por el callo que han ido cogiendo con el paso de los años. La A-11 es la infraestructura de las promesas, de los carriles en el aire. Todos los Gobiernos la comprometen y ninguno ejecuta un solo metro. Y van décadas.
Por edad, el alcalde de Alcañices, David Carrión, lleva oyendo hablar de estas obras toda su vida adulta: «Nos quitan lo poco que tenemos a los que nunca protestamos. Supongo que será el coste de tantas cesiones a unos y a otros», opina el responsable municipal, que tiene clara la realidad para su pueblo: «Nos vamos a seguir comiendo los camiones otros muchos años», advierte.
La última muerte por atropello de un camión a un vecino de Alcañices tuvo lugar en 2020. Los vehículos pesados invaden el pueblo de forma constante y cruzan por un paso estrecho y en curva. El peligro es real: «Visto que la autovía no va a ser una realidad pronto, habrá que tomar alguna medida, pero no sé cuál. Quizá aumentar los pasos de peatones elevados», sugiere el alcalde.
Por lo pronto, «todos los actos medianamente festivos» que Alcañices realizaba en una plaza cercana a la carretera se han cambiado de lugar: «Tendremos que hablarlo, pero habrá que hacer algo para que vean que no nos quedamos callados. Hacen todo lo que hacen porque al final aquí nadie protesta, y hemos tragado durante años», lamenta el mandatario local, que apunta también al estado de la N-122 en el resto de los tramos: «Ya no es la autovía o no, es que ahora vas dando tumbos hasta Zamora».
Una Nacional «lamentable»
En concreto, el alcalde de Trabazos y también presidente de la Diputación, Javier Faúndez, califica de «lamentable» el estado de la Nacional. «Mientras se hace la autovía y no, hay que mantener la carretera en un estado digno, y no es así en estos momentos. La tienen que arreglar», advierte el político alistano, que insiste en la pertinencia de ejecutar la variante de Alcañices de forma «urgente», porque «es algo insoportable».
Además, Faúndez subraya que «alguien ha mentido» en toda esta historia. La ministra anterior y el subdelegado del Gobierno en Zamora, Ángel Blanco, decían que «todo estaba muy avanzado», pero Óscar Puente apunta que «es lo contrario». «Aquí quedan varias personas retratadas» insiste el mandatario de Trabazos, que duda incluso de la viabilidad de ejecutar el tramo de San Martín del Pedroso por una posible caducidad de la licencia ambiental.
Por su parte, Sergio López, alcalde de Fonfría, incide en el argumento aportado por Carrión: «Siempre quitan el dinero de aquí para mandarlo a otros lados» y tilda de «triste» que no se le dé prioridad «a una carretera que tiene un índice de accidentes tan importante».
«Nosotros tenemos una travesía y a los lados están la farmacia, el colegio y varias viviendas», argumenta López, que recalca que, para darse cuenta de lo necesaria que es la A-11, «solo hay que mirar la siniestralidad». El alcalde de Fonfría también es partidario de plantear algún tipo de movilización para protestar por este nuevo golpe a las expectativas de Zamora y particularmente de Aliste.