- El mapa muestra, en una de las pestañas, la población de 2023 según el censo y, en la otra, la ganancia o la pérdida en comparación con el año pasado. En la esquina superior izquierda puede buscar el municipio que elija (no incluye el detalle por anejos) y si navega por encima de la silueta de cada ayuntamiento le aparecerá un texto emergente con la cifra correspondiente a la pestaña que haya elegido.
Zamora tiene un problema con los municipios medianos, y no es de hoy. La debilidad de las cabeceras comarcales ha condenado a muchos ciudadanos a vivir a kilómetros del ayuntamiento grande más cercano. Solo la capital, Benavente, Toro y Morales del Vino superan la barrera de los 2.000 vecinos, mientras la periferia de la provincia se agarra a las localidades donde, con suerte, se alcanza el millar.
Los datos de población han ido incidiendo, año tras año, en el desplome de los municipios llamados a abanderar la vida de las comarcas. Por eso, cuando aparecen unas cifras que no siguen tanto esa tendencia negativa, es casi obligatorio subrayarlas. La estadística del censo publicada este miércoles por el INE abre un resquicio para pensar que la tendencia quizá se pueda invertir. Al menos, en alguno de esos ayuntamientos.
A la espera de que el padrón venga por Navidad con los datos oficiales, el censo dice que siete municipios zamoranos de entre 1.000 y 2.000 habitantes ganaron población en el último año. Tal es el caso de Villaralbo, Moraleja del Vino y Roales, al abrigo de Zamora capital, pero también de Puebla de Sanabria, Fermoselle, Alcañices y Galende. Este último regresa a las cuatro cifras con este empujón, siempre de forma oficiosa.
Las dos caras en Sanabria y en Sayago
El repunte de los dos grandes municipios sanabreses dibuja un panorama más de optimismo que de realidad cambiante en la comarca. Pero el camino desde la resignación hacia la esperanza, aunque sea vaga, no es un recorrido cuyas consecuencias se deban desdeñar.
Más difícil resulta ver el lado positivo cuando uno acude a los datos de Bermillo de Sayago. La cabecera comarcal ya no llega a los 1.000 habitantes ni con la suma de sus anejos, una circunstancia impensable hace no tanto. Por ejemplo, en el censo de 1981, el ayuntamiento aparecía con cerca de 2.000 habitantes. Hoy queda la mitad: 999.
Los datos de las ciudades
Tampoco está para tirar cohetes Zamora capital, que ya soltó los 60.000 habitantes el año pasado y que ahora ve marchar ese listón sin fuerzas para ir a por él. A la ciudad se le marcharon 218 personas en el último ejercicio, aunque aquí sí conviene hacer algunas precisiones. Entre Roales, Villaralbo, Moraleja del Vino, Monfarracinos, Morales y algún otro ayuntamiento como Valcabado ganaron unos 100 vecinos. Es verdad que esa suma del alfoz no sirve para justificar todo el agujero, pero sí matiza en parte el dato de la ciudad.
En Benavente (-98) y en Toro (-100) tampoco fue bien el año desde el punto de vista demográfico. Antes, la caída se concentraba casi al completo en el medio rural. Ahora, sin pueblos pequeños de los que alimentarse, municipios como estos se quedan sin asidero, a la espera de desarrollos industriales y de campamentos militares que no terminan de llegar.