La posición sobre los macroparques de energías renovables ha provocado un divorcio en el seno de Ecologistas en Acción, con Zamora de por medio. La asociación de la provincia y la federación gallega, que agrupa a 20 entidades comarcales, anunciaron este jueves su separación de la nacional por desavenencias en la forma de admitir la instalación de los aerogeneradores y los huertos solares en las tierras de cultivo y en los montes. Al menos, ese fue el desencadenante principal.
Así lo explica Julio Fernández, el portavoz de Ecologistas Zamora: «Son pusilánimes ante la creación de los macroparques y con las políticas del Gobierno y de la Junta», indica el representante de un colectivo que decidió separarse de la matriz por «unanimidad» de su casi medio centenar de miembros: «La estructura nacional es muy afín al capitalismo verde», añade en declaraciones a Enfoque.
Ahora, el grupo continuará con su labor «sin las directrices» que recibían antes: «Es una marcha para poder actuar más libremente y poder ir con nuestro propio rumbo sin que nos llamen la atención por estar con las plataformas territoriales», subraya Fernández, que aclara que la dirección nacional recibirá la notificación pertinente el lunes: «No tenemos mucho que decir, salvo que nos vamos», afirma.
Una brecha que se fue abriendo
Durante el proceso de desgaste, la posición de Ecologistas Zamora en relación a ciertos temas que afectan al territorio provincial generó «roces y desavenencias» con la confederal y también con la territorial de Castilla y León: «Aprobamos una nota firme contra el despliegue de los macroparques, pero luego se desaprobó, se dejó correr y nos dieron largas para que quedara diluido. Están poniendo trabas a nuestra actividad», asevera Fernández.
Todo ello, en un lugar como Zamora en el que todo este asunto de las renovables tiene mucho recorrido. Existen proyectos en marcha en La Carballeda, en Tábara o en Muelas del Pan que tienen en contra a este colectivo ecologista, que también mira con recelo al hidrógeno verde, «una manera camuflada de meter gas natural», o a la extracción del litio.
«Se va hacia una simplificación del proceso de impacto ambiental y a dar vía libre para que determinados lugares como el medio rural de Zamora sean zonas de sacrificio», advierte Julio Fernández, que recuerda que la provincia ya genera mucha más energía de la que necesita para su propio consumo gracias a los pantanos.
«No hay repercusión positiva en la economía local»
«Se están poniendo renovables en zonas agrícolas o de monte que son muy importantes, y esas instalaciones no repercuten para nada en la economía local», opina Fernández, que advierte de que «están en juego los valores socioculturales de una provincia en favor de una supuesta salvación del clima que es falsa, porque la aplicación de la medicina de las macrorenovables no está surtiendo efectos».
Para Fernández está claro que el modelo macro «no es el camino», por lo que conviene «cambiar de rumbo urgentemente». «Los grandes grupos ecologistas se tienen que poner las pilas, porque lo que hace falta es un sistema de producción y consumo que redunde en lo cercano y en lo local; abordar un decrecimiento ordenado para contemplar un futuro que no nos lleve al colapso», razona el activista zamorano.
Toda esta batalla que pretende librar Ecologistas Zamora dejará de tener el altavoz de la confederal: «Ha habido intentos constantes de expulsión. Ahora nos vamos y seguiremos defendiendo lo local y lo rural», zanja Julio Fernández.