La Diócesis de Zamora es consciente del lamentable estado de conservación de la iglesia de Molacillos, un inmueble que amenaza ruina y que se cae, literalmente, a pedazos. De hecho, ya se ha elaborado un plan director de las actividades que habrá que llevar a cabo para rehabilitar el templo y hay sobre la mesa un proyecto para intervenir, primeramente, en la torre del templo y en el tejado, por el que se cuela el agua que es causante de muchos de los problemas del inmueble como consecuencia de los continuos nidos hechos por las aves. Así lo explica el delegado episcopal de Patrimonio, Miguel Ángel Hernández, que asegura que el problema es, como siempre, económico. La Diócesis no tiene medios para acometer la obra y espera la ayuda de las instituciones públicas para que los trabajos puedan empezar y poder salvar el templo.
A la rehabilitación quizás ayude la resolución que a mediados del mes pasado emitió el Procurador del Común, que insta a la Junta de Castilla y León a ejecutar subsidiariamente los trabajos para que el templo no acabe por hundirse. La iglesia es Bien de Interés Cultural desde el año 1983, como representante singular de la arquitectura religiosa de la provincia de Zamora. Y es en este marco donde el Procurador del Común recuerda que la ley cuenta con unas obligaciones con respecto a estos bienes y «obliga a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte a hacer el seguimiento adecuado para que se lleven a cabo las obras que estaban comprometidas» o, en su caso, para que se hagan efectivas. En definitiva, llama a la Junta a «impulsar cuantas acciones se requieran» para que la iglesia no se caiga.
¿Puerta abierta a la expropiación?
La responsabilidad última de la conservación de un Bien de Interés Cultural es del propietario del bien, en este caso, de la Diócesis. Pero, como se ha dicho antes, no hay medios económicos para hacerlo, aunque sí voluntad. La Junta tiene capacidad de iniciar las obras de manera subsidiaria o de realizarlas de modo directo, y la ley le abre una puerta más a la administración. «El incumplimiento de las labores de protección y conservación de los bienes declarados de Interés Cultural será causa de interés social para la expropiación forzosa por parte de la administración», dice la legislación al respecto. No obstante, es el propio Procurador del Común el que quita hierro al asunto y llama a atender «en particular» a lo referente sobre la ejecución subsidiaria de la obra.
En la Lista Roja de Patrimonio
La iglesia, indican desde Hispania Nostra, «se encuentra en un estado de deterioro progresivo, con grietas y humedades visibles en la estructura interior del monumento, que van empeorando con el paso del tiempo, habiéndose registrado derrumbes parciales de material así como pérdida de parte de las pinturas decorativas del interior del templo. Por otro lado, las humedades, grietas y pérdida de material constructivo pueden acabar poniendo en riesgo la propia estructura del monumento».
La iglesia es un templo de planta de cruz latina que en su exterior presenta una elegante armonía entre sus cuatro cúpulas volteadas y una torre. Asimismo, en su interior destaca su rica decoración, teniendo el templo la gran peculiaridad de estar realizado en estilo barroco valenciano, lo que convierte a este monumento en toda una excepcionalidad arquitectónica en la provincia. Las obras se realizaron a través de la contratación de arquitectos y técnicos valencianos para erigir el templo, los cuales desarrollaron en el pueblo el estilo que dominaban.