«Antes de inventarse la gente, el hombre tenía muy pocas preocupaciones«. La frase con la que Mingote da la bienvenida a la exposición «(Breve) Historia de la gente«, ubicada en la sala de exposiciones temporales del Etnográfico, es una declaración de intenciones de lo que el visitante va a encontrarse si dedica un rato de su tiempo a presenciar sus dibujos. Se trata de una selección de las más de quinientas obras que Antonio Mingote elaboró en su «Historia de la gente», publicada a lo largo de las semanas en Los Domingos de ABC tras una primera serie más reducida publicada en Semana en 1954.
Mingote se proponía entonces «decir las cosas que antes, con la censura, no pude decir y hacer dibujos que seguramente no se hubieran tolerado». Concluyó su serie el 27 de noviembre de 1983, la obra cumbre del autor para muchos. De los 554 dibujos de la Historia de la Gente, la exposición del Etnográfico reúne 250. La selección mantiene el discurso del autor y la «chispa» que siempre quiso dar a su obra, guardando especial interés en los temas troncales de la historia: conflictos humanos, pobreza, educación, cultura o conservación de la naturaleza. Temas que, no por evidentes, dejan de ser universales.
Todas las obras de «Historia de la Gente» fueron realizadas con las técnicas que el dibujante usaba de manera habitual, tinta y acuarela, principalmente, y uso de grafito, bolígrafo o ‘gouache‘, en ocasiones, y siempre sobre papel o cartulina. La muestra está abierta en la sala de exposiciones temporales del Etnográfico, con entrada por la calle Corral Pintado, y puede verse hasta el próximo diez de marzo. Con todo, es un buen plan para realizar en familia durante estas fiestas y los niños, de regalo, ya pueden ver el belén de Playmóbil que hay montado en esa misma entrada.
El autor
Antonio Mingote fue escritor, académico de la lengua, Doctor Honoris Causa de dos universidades… pero, sobre todo, fue dibujante y humorista. Mingote está considerado uno de los grandes intelectuales del siglo XX y un genio del humor gráfico. Hizo de ABC su casa durante 59 años y fue fiel a su cita diaria con los lectores, comentando la sociedad y sus nuevos hábitos, interpretando a la gente. La política y los sucesos eran para él eventualidades; la gente era lo permanente: “No sé explicarlo, pero yo a la gente la quiero de verdad”.
Inició su vida laboral como militar y al poco tiempo se inició en las colaboraciones con los periódicos. En 1948 dejó el Ejército para centrarse en lo que le apasionaba. Fundó el semanario humorístico Don José y fue premiado en muchas ocasiones. Falleció en Madrid, en 2012, dejando un legado indeleble que disfrutan generaciones pasadas, presentes y que disfrutarán las futuras. Legado que, en parte, ahora puede verse en el Museo Etnográfico.