El pasado 26 de octubre, Carbajales de Alba amaneció con una de las paredes del pabellón municipal convertida en escombros. Los efectos de una noche complicada terminaron con la resistencia de una estructura ya dañada y echaron abajo una de las caras de la instalación. Las imágenes de aquel día, y las que se pueden ver ahora si uno pasa por la zona, resultan alarmantes, pero el alcalde del municipio, Roberto Fuentes, asegura que todo «estaba previsto».
«Lo que hicimos fue acelerar la caída de la pared para provocar que se viniera abajo de una forma controlada y que no hubiera peligro. Ya hacía tiempo que sabíamos que la obra era necesaria», explica Fuentes, que subraya que la llegada del aire fue el desencadenante de un derrumbe esperado: «Ahora vamos a retirar los escombros y a reconstruir la instalación para que dure muchos años», afirma.
De hecho, la idea del Ayuntamiento es ir retirando esta misma semana las piedras que ahora cubren parte del interior del pabellón y el entorno donde antes estaba la pared. En esa cara de la instalación, se ubicará, tras la obra, una nueva puerta «para permitir la entrada de vehículos grandes de manera sencilla».
Mejoras en varios sentidos
En general, la intención de los responsables municipales no es otra que «aprovechar la coyuntura» del derrumbe para «mejorar todas las dependencias, arreglar los vestuarios y acometer otros retoques» gracias a la subvención nominativa que van a recibir de manos de la Diputación Provincial.
Con esos 60.000 euros, el Ayuntamiento calcula que los trabajos arrancarán a primeros de año, una vez se resuelva el proceso de licitación. «Esta es una obra que no es complicada», asevera Fuentes, que reconoce que el Ayuntamiento pretende resolver la papeleta «cuanto antes».
El pabellón de Carbajales de Alba es una instalación que «tiene mucho uso» y que no solo se destina al deporte: «Es un lugar amplio y con mucha capacidad para hacer absolutamente de todo. Resulta necesario para el pueblo, pero también para toda la comarca», razona Fuentes, que incide en que «nunca hubo peligro» para los vecinos con el estado de la pared que finalmente se vino abajo.
Con la vista puesta ya en el futuro, el equipo municipal confía en que las obras estén ejecutadas de cara «a la primavera o el verano» con el fin de que den el servicio adecuado en su temporada alta. Hay que recordar que este pabellón también sirvió en 2022 como refugio para 80 personas desalojadas por los incendios que padeció la zona y que incluso ejerció como punto base de la UME en determinadas jornadas.