La Diócesis de Zamora se refuerza para prevenir los posibles delitos que se pudieran cometer en su seno y que pudieran traducirse en una responsabilidad penal para la propia Diócesis. De ahí nace el «Compilance» presentado por el propio obispo de Zamora, Fernando Valera, un modelo de cumplimiento normativo que, en suma, identifica los riesgos legales en los que podría incurrir el Obispado por la «mala praxis» de sus trabajadores.
El obispo de Zamora, Fernando Valera, expresó que se trata de una herramienta que contribuye «al buen gobierno y la transparencia en la gestión«, siendo éstos dos «pilares identitarios» de su episcopado. También subrayó que Zamora es la segunda diócesis española en implementar el Compilance, por cierto, también recomendado por la Conferencia Episcopal Española.
El Compilance es una herramienta que ha guiado la elaboración de un código ético y de buenas prácticas que todos los trabajadores vinculados a la diócesis han de conocer. De forma que las funciones desarrolladas por los agentes vinculados a la iglesia de Zamora siempre estén encaminadas a la consecución de los valores y la misión de la institución.
El buzón
El letrado de la diócesis de Zamora, Israel López, es el responsable de este Compilance, compuesto por más de 4.000 folios. El abogado detalló que habrá un canal anónimo de denuncias: «a través de un email, de un buzón que se instalará en algún inmueble de la diócesis, o por correo postal». Las denuncias las recibirá el comité de vigilancia que tendrá la obligación de investigarlas y de elaborar un informe posterior. «Si se aprecian indicios de delito se llevará al Juzgado y si son cuestiones de malas prácticas en el trabajo ordinario, se estudiarán las posibles sanciones que contemple el Estatuto de los Trabajadores».
En definitiva, este sistema normativo de cumplimiento penal impulsará en la diócesis una cultura ética que respete los valores de la entidad, lo que supone -por ende- que todas las acciones se ajusten a la legalidad vigente.