El Ayuntamiento de Zamora pretende avanzar en la integración de la bicicleta en la ciudad y aspira a aprovechar la cesión de las travesías y las correspondientes obras de humanización que han de llevarse a cabo para facilitar este modelo de transporte limpio en la capital. El concejal de Obras y Movilidad, Pablo Novo, ya subrayó su interés este lunes durante la presentación de los trabajos acometidos en el entorno de la calle Ferrocarril, que se liga con la calle Villalpando en la vía entre la rotonda que hay debajo del Bolón y Cardenal Cisneros.
Esas obras, más allá de haber pretendido un calmado del tráfico y una reordenación de la circulación que el Ayuntamiento estimaba «caótica», también incluyen un carril bici segregado. Esto es, un espacio físicamente separado tanto de la calzada como de la acera, de forma que no se deben producir interferencias ni con los demás vehículos ni con los peatones.
La idea que trasladó igualmente Novo es que, una vez se instale el carril bici en Cardenal Cisneros, se pueda crear «un anillo ciclista que circunde Zamora». Según la previsión, ese futuro espacio para las dos ruedas ya comunicará la rotonda del Sancho de salida de la ciudad con el parque de León Felipe. Se trata de dos kilómetros y medio de distancia para conectar prácticamente dos de las puntas del municipio.
Peligro en «las salidas a contramano»
A la espera de que llegue ese futuro, lo que ya está aquí es el citado carril segregado de unos 900 metros que atraviesa la renovada calle del Ferrocarril y también la calle Villalpando, una novedad que desde Acción Ciclista ven con buenos ojos, aunque con matices. Es decir, todo correcto con avanzar en la creación de espacios para las dos ruedas, pero cuidado con el peligro.
El portavoz de este colectivo, Fernando Mesonero, estima que lo más conveniente sería utilizar «balizas verticales» para proteger el carril segregado y considera que tiene cierto peligro la salida a «contramano» en ciertos puntos. «A ver cómo coges la entrada hacia la derecha, rumbo a Cardenal Cisneros», desliza el representante del grupo.
Con este asunto en mente, Mesonero reclama más voz para las asociaciones ciclistas y subraya que será complicado, en el escenario actual, que los usuarios más vulnerables puedan circular por estas zonas: «Lo que hacemos es sugerir mejoras», advierte el portavoz de Acción Ciclista, que estima que determinadas cuestiones todavía se pueden resolver una vez concluida la obra.