Sensores en las carreteras que informan en tiempo real de la situación de la vía. Esta es una de las principales novedades de la campaña de vialidad invernal presentada esta misma mañana por la Delegación en Zamora de la Junta de Castilla y León. Los sensores, ubicados en las comarcas de Sanabria (principalmente, pues ahí están la mayoría), Aliste y Sayago informan en tiempo real a los técnicos sobre la situación de la carretera. Hechos puntuales como frío intenso, heladas o elevada humedad permiten, según indican los expertos, anticipar la actuación en la carretera afectada, mejorando de forma sensible la seguridad de los conductores.
Porque la Junta trabaja fundamentalmente centrada en la labor preventiva. Los datos difundidos por Leticia García indican que de las 700 horas de trabajo registradas en la pasada campaña, 600 se dedicaron a labores de prevención y “solo” cien a trabajos “curativos”. Para la presente campaña la administración regional cuenta con 33 personas trabajando, nueve máquinas quitanieves capaces de expandir fundentes, dos máquinas quitanieves dinámicas, diez silos llenos de sal y tres de salmuera (dos en Sanabria y uno en Zamora).
Con el objetivo de “garantizar el tránsito en los más de 1.100 kilómetros” de carreteras autonómicas de Zamora, la Junta aboga por una gestión coordinada por el 112 e integrada entre las nueve provincias, de forma que una pueda aportar medios a otra en caso de una mayor necesidad de la zona receptora. Se introducen importantes novedades, como el servicio de alerta por SMS (como el que ya se usó en la ciudad de Madrid con la borrasca de principios de septiembre) y una mejor geolocalización por GPS en caso de llamar al 112. Ahora, las personas que necesiten ayuda estarán geo localizadas con un margen de error de unos pocos metros.
Desprendimientos en las carreteras
Preguntada por la situación de la carretera de Porto, afectada por desprendimientos en las últimas horas, la Junta ha abogado por una “rápida actuación” y ha adelantado la redacción de un proyecto consistente en reforzar las cunetas para que los desprendimientos, muy difíciles de controlar en según qué zonas, no lleguen a afectar tan directamente a las carreteras.