Los ganaderos de Sayago están inmersos en varias batallas. Una de ellas tiene que ver con la propia realidad del negocio, marcada por el incremento de los costes de producción, las complicaciones por el relevo generacional o la reforma de la PAC. Una segunda está relacionada con los ataques del lobo, que solo la semana pasada dañó en tres ocasiones a explotaciones bovinas situadas en pueblos como Bermillo y Muga. Pero es que, en el escenario actual, destaca un tercer asunto que aparece como el nubarrón más amenazante: el de las enfermedades que sufren los animales y las consecuencias derivadas que esos males podrían tener para los profesionales.
Dentro de ese escenario, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) sigue siendo un quebradero de cabeza muy serio para unos ganaderos que, no obstante, han visto recientemente cómo se abría un frente aún más amenazante en relación a la tuberculosis bovina y a la idea de la Administración de alcanzar la prevalencia del 0,1% de la enfermedad en la provincia. Eso llevaría a declarar al conjunto de Zamora como territorio indemne de esta patología.
Para los ganaderos sayagueses, tal movimiento resulta difícil de entender, habida cuenta de que la prevalencia es mucho mayor en la comarca. Consciente de ello, la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Zamora planteó la semana pasada la posibilidad de que Sayago sea «un excepción» dentro de esa realidad provincial. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación debe responder a esa posibilidad.
El asunto no es baladí. Si no se libera a Sayago, los ganaderos corren el riesgo de que se aplique un «vaciado sanitario» en sus explotaciones simplemente con que se confirme un positivo en ellas. De hecho, ya hay tres negocios que podrían sufrir este perjuicio que, más allá de eufemismos, consiste básicamente en matar a los animales para evitar que la enfermedad se propague.
Los movimientos asociativos
En aras de protegerse de esta posibilidad, más de 100 profesionales crearon hace unas semanas la Plataforma Defensa Ganadera Sayago, un colectivo que entiende que resultaría «irreal» verse como territorio indemne, algo que solo se lograría «a costa del sacrificio de una gran cantidad de reses» y en una zona en la que la fauna tiene libre circulación para acceder desde Ledesma o Vitigudino, «que cuentan con una prevalencia mayor de la enfermedad».
Con ese mismo objetivo de frenar este movimiento, la plataforma se integró hace unos días en Unión por la Ganadería, un colectivo que engloba a representantes de varias provincias y que lucha, entre otras cosas, por evitar cualquier acción «lesiva» desde la Administración que dañe a los profesionales. Desde ahí también darán la batalla.
Por el momento, en todo caso, lo que impera es una preocupación mezclada con incertidumbre. Desde la plataforma existen ciertas dudas sobre la posibilidad de que el Ministerio vaya a hacer una excepción comarcal cuando este tipo de decisiones siempre abarcan el ámbito provincial, pero se amparan en que «ser indemnes no tiene sentido». La parte positiva en estos instantes es que los vaciados están parados, aunque quedan capítulos por escribir.