La Diputación de Zamora desbloqueó el pasado viernes el expediente de la memoria histórica, destinado a la reparación moral y a la recuperación personal y familiar de los empleados y cargos públicos de la institución que fueron depurados y represaliados tras el golpe de Estado de julio de 1936. En febrero de 2018, todos los grupos políticos que ocupaban los asientos de La Encarnación acordaron dar inicio a la tramitación de este reconocimiento, pero nada se había movido desde entonces para disgusto de los grupos de izquierdas, particularmente de IU que, en estos más de 2.000 días, presentó varias mociones, algunas con cierta originalidad, para exigir el cumplimiento del mandato plenario.
Hasta ahora, los movimientos de Izquierda Unida habían caído en saco roto tanto para Mayte Martín Pozo, en la parte final de su mandato, como para Francisco José Requejo en los cuatro años en los que ocupó la Presidencia. Ha sido ya con Javier Faúndez en el cargo cuando el asunto ha recuperado el movimiento, merced al apoyo de todos los grupos políticos, incluido Vox.
La justificación del voto a favor
El diputado de esta formación, David García Montes, justificó su postura desde la base de que «todo lo que sea hermanar, juntar, reparar y unir siempre es bienvenido», aunque mezcló este mensaje más conciliador con otras opiniones menos amables relacionadas con lo que está sucediendo ahora en base al acuerdo entre el PSOE y Junts para garantizar la investidura de Pedro Sánchez.
García Montes aseguró que el PSOE «está utilizando el Gobierno para elaborar leyes ideológicas y afirmó que «la izquierda y el Ejecutivo son los culpables de revivir los odios con el ánimo de mantenerse en el poder». Además, aprovechó para condenar el ataque sufrido por Alejo Vidal Quadras en una mezcla de asuntos que llevó a la intervención de Faúndez. El presidente reclamó «un esfuerzo para no mezclar churras con merinas».
«Ni traidores ni asesinos»
Por su parte, Laura Rivera (IU) destacó la importancia de rendir «un homenaje a los olvidados, que no eran traidores ni asesinos, sino funcionarios». «La memoria democrática nunca ha sido una revancha. Como dijo Marcos Ana, la única venganza a la que yo aspiro es a ver triunfantes los nobles ideales de libertad y justicia social», zanjó.
Por su parte, Nieves García, del PSOE, celebró que el acuerdo por fin se haya llevado a efecto: «La izquierda y los sindicatos han estado ahí siempre como víctimas de algo que no debería haber ocurrido», apuntó.